En pedazos
Me perdí y me fracturé en mil pedazos. Estoy buscando dónde dejé mi dignidad y mi amor propio. Cuando ya no queda nada, solo la soledad, la tristeza y la locura, tienes dos opciones: continuar o estancarte.
Hoy encontré una pieza rota de mi puzzle, la encajé en mi vida y, aunque todo parece muy difícil, he decidido continuar. Limpié mis lágrimas, sacudí mi alma y por primera vez puedo decir: "Me perdono a mí mismo, te perdono a ti... ahora soy libre", porque incluso de las experiencias más tristes de la vida se aprende.
No puedo vivir con miedo toda la vida. La vida es así: te caes, te levantas y te vuelves a caer. Pero si no me levanto por miedo a caerme, en realidad ya me habré hundido.
