Siempre hay 2 historias.
Vengo a contar mi historia: me reencontré con un ex de la época de universidad, (sólo en plan amigos), él estaba casado en un matrimonio verdaderamente tóxico (al tipo le sacaban cresta y media, lo más suave que le decían era w..n, cero cariño, respeto y preocupación), pero estaba resignado a vivir así.
Hace un par de años, antes de Navidad, la mina lo echó de la casa por, según ella, ser mediocre, pobre wn y varias cosas más. Yo le dije que no se fuera para no arruinarle la fiesta a su hijo (igual ya grande). Lo mismo pasó antes de Año Nuevo, pero también le dije que se aguantara.
Recién iniciado el año lo volvió a correr (golpes de parte de ella nuevamente), así que él se aburrió y se fue de la casa.
Después de un tiempo empezamos a salir, nunca más volvió con la mina y ahora somos felices. Es un hombre genial, que me trata como a una princesa, mis bendiciones lo adoran, empezó a preocuparse de él mismo y todos le dicen que ha cambiado para bien.
¿La ex? Anda por toda la ciudad (distinta a donde yo vivo) haciéndose la víctima y diciendo que él la abandonó por mí. Él sigue pagando los gastos de la casa (hasta el celu de ella lo paga) y los del hijo, que estudia. Y con cada persona que conversa le dice que cuando lo vea le va a sacar la cresta .
Moraleja: A veces también las esposas son las malas de la historia. Las relaciones de pareja son de a dos, y si usted no se preocupó de cuidar su matrimonio, asuma no más. Un matrimonio no tiene por qué ser una condena de por vida.
