Siempre hay una razón
Soy hombre joven, en mis treintas, medianamente exitoso en todos los ámbitos de la vida, casado desde hace 2 años con mi pareja desde hace 9 años. Mi hijo de 2 años es un bebé hermoso y el mayor orgullo de mi vida. Lo adoro tanto que hasta decidí operarme para nunca más tener otro hijo y poder dedicarme exclusivamente a darle lo mejor de mí solo a él. Y lo intento de corazón, pero últimamente no me he estado sintiendo bien conmigo mismo ni con mi pareja.
Soy un tipo funcional, me gusta mi casa en orden, trabajo harto por tener mis cosas y darle comodidades a mi familia, pero no me sobra plata para tener empleados, así que yo mismo hago de niñero, mucamo, chofer, albañil, jardinero, etc. Termino cada día reventado de cansado, entre mi trabajo pagado y lo que hago en casa, pero aún así solo me voy de callampa por todo lo que no alcanzo a hacer.
Mi mujer me callampea siempre porque en su opinión ella carga todas las responsabilidades, y a mi parecer no. Es verdad que yo no sé cocinar, y por ende nunca le he hecho más que moler una fruta para darle a la guagua, y pareciera que fuera el pecado capital mas grande del universo porque en lo demás, y obviando lo de amamantar, hago todo lo que puedo como papá. Cambio pañales, hago aseo, lavo la ropa, visto al pequeñín, juego con el, hago de todo excepto cocinar, porque no hay caso, me cuesta mucho, soy lento y me queda horrible. Mi intención es que mi hijo crezca con su familia en un hogar decente. Pero lo único que recibo son quejas y descalificaciones como si yo fuera lo peor y el hombre más inútil.
Mi mujer ya no me ama, estoy consciente de ello. Ya no me habla más que para reclamar. Ya no tenemos vida íntima. Y yo no sé qué hacer... en realidad si lo sé, pero no quiero. Veo a mi hijo y pienso que yo por esa criatura podría aguantar mil años en el infierno y aún sería un precio justo. Lo malo es que me estoy empezando a odiar a mi mismo.
Creo que mi mujer ha estado pasando por una especie de depresión, pero no sé cómo ayudarla. Le he tirado palos sobre ver a un psicólogo, a ver si enganchaba ella igual, pero no se interesó. Y mientras tanto ya los 2 parecemos estar de acuerdo en que soy despreciable.
Últimamente se me ocurrió comenzar a salir en bicicleta por 1 hora cuándo el bebé se duerme, durante las noches, pero fue el detonante para que mi mujer ahora empiece a hincharme con que ando en bici todo el día. Mentira, solo quería poder hacer algo para despejarme un momento y recordar mis mejores tiempos. Y así termino odiándome de nuevo.
