Sigo recluida
Todo empezó el año 2020, cuando el bicho se propagó por el mundo.
Nos dieron cuarentena, no podíamos salir y me vi atrapada en mi departamento. Con el pasar de las semanas me comencé a desesperar, mi única compañía era mi sombra, un cigarro y mi taza de café. Me di cuenta de que por enfocarme en el trabajo no alimenté una relación de pareja, nunca tuve hijos y tampoco amigos de verdad, solo aprovechadores.
Pasaron los años y sigo acá, es domingo, estoy sola, sin ganas de levantarme. Me miro al espejo y noto el paso del tiempo, me estoy deteriorando, envejeciendo. Me siento triste, me habría gustado darme la oportunidad de conocer un buen hombre y de formar una familia con quienes compartir mi vida.
