El cura del pueblo
La tranquilidad no tiene precio, y eso conseguimos viviendo en un pequeño pueblo, de esos de gente humilde, campo y más cosas positivas que negativas.
Acá las noticias son de boca en boca, no por radio ni diario.
Pues sucede que todo bien, pero el cura de la iglesia es el personaje que no causa mucho agrado, ni al alcalde actual, quien ha pedido cambio hasta en el obispado correspondiente.
El cura en cuestión es un ser de esos que no saluda, ni para ir a comprar, al contrario, encuentra caro y eso que a él solo le gustan las cosas buenas, poco comunes y de calidad.
Creo que a muchos nos vendría mejor un ¡Bendiciones, que le vaya excelente! antes que un ¡Que caro están sus cosas, no sé cómo le compran a usted!
Personas como él son las que provocan el alejamiento de muchos a la iglesia, con sus palabras y hechos.
Dios quiera y en algún momento llegue un ser carismático, por el bien de todos quienes habitamos este bello lugar.
