Así veo el mundo
Perdóneme por lo largo de esta confesión pero me lo quiero sacar del pecho y deseo de todo corazón que nadie pase por lo mismo: Hace un par de años me ofrecieron trabajo en el lugar que siempre me había propuesto y soñado. Era un sueño hecho realidad! Yo por supuesto súper contenta y con toda la energía para trabajar, pero el sueño se convirtió en pesadilla.
Debo aclarar primero que estoy levemente en el trastorno de espectro autista (TEA), tuve terapias y me esforcé mucho por llegar adonde estoy, y en ese trabajo sólo hay mujeres, algunas muy buenas en su área y otras cuicas simplemente por pituto. Las primeras semanas todo súper bien, me llevaba excelente con todas. Un día, una colega X hizo un comentario malo de otra Z y yo la muy tonta le fui a decir a la colega Z. Al día siguiente, la colega X fue a mi oficina a encararme (con toda tranquilidad y buena onda, pero a encararme). Debido a mi condición a veces me tomo todo muy literal pero asumo mi culpa y me disculpé, cometí un error.
De ahí empezó el bullying y los malos tratos de parte de casi todas las colegas; sólo tres me apoyaban. No fueron acciones físicas, pero sí comentarios pasivo-agresivos, hablaban a mis espaldas (o simplemente no me hablaban) y un día les pregunté que porqué eran así, si les caía mal y me dijeron que no, pero sus acciones mostraban lo contrario. Obviamente la situación hizo que mis ganas de hacer un buen trabajo se fueron por el caño, en las reuniones no hacía ni un aporte, mostraba mi mejor sonrisa pero casi era como un zombie en modo automático, aprendía más lento y cometía errores, muchos errores, a pesar que tenía buena llegada con nuestros clientes. El bullying era más que evidente pero nadie hacía nada, salvo las 3 señoras que me apoyaban y hasta almorzaban conmigo para no toparme con las otras.
Añado también que era nueva junto con otra colega que previamente trabajábamos juntas para esta misma empresa pero en otro departamento. La señora con quien ella trabajaba (cuica con pituto) la hacía llorar simplemente porque no hacía las cosas a su pinta. Obviamente a ninguna de las dos se nos renovó el contrato, pero nos hicieron una pequeña fiesta de “despedida” con sus sonricitas falsas.
De esta mala experiencia aprendí dos cosas: no decir secretos al afectado y no trabajar donde sólo hay mujeres, se presta para cahuín infinito.
Gracias por leerme y deseo de corazón que nadie nunca pase por lo que pasé yo.
