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Ganando experiencia

Año 2011. Meses titulalada como kinesióloga. Había problemas de lucas en la casa, no encontraba pega, así que en el sector donde vivía tenía cartelitos de 'kine a domicilio'. En ese tiempo cobraba 10 lucas la sesión, crasso error que hace tiempo corregí.

Un día me contactan para hacer kine respiratoria una niña de 2 años aprox. que vivía en el mismo sector, aunque no la conocía de antes. Ella prefirió a domicilio por comodidad más que nada y al evaluarla determiné que sí era apta para esa modalidad. Las atenciones fueron difíciles, pues la mamá mientras le hacia la kine respiratoria se ponía a barrer y a levantar polvo en la misma habitación donde atendía a la niña o entraba de repente y abría de par en par el ventanal siendo que afuera hacía frío. Lo conversé varias veces con ella sobre no hacer eso. Además que le di una serie de indicaciones de cuidado los cuales, reconocido por ella misma, poco y nada hacía. A pesar de ello, la niña evolucionaba bien, según lo esperado. Venía un fin de semana y la mamá me dice que quiere sí o sí salir ese fin de semana con la niña. Le dije que tuviera cuidado, que viera que como estaba el clima, hora, a donde iba, además que no se confiara si la niña estaba con pocos o nada de síntomas esos días, igual viera como estaba (le explique nuevamente en qué fijarse y esas cosas). Tenía mi número, así que le dije que podía llamarme para lo que sea.

Llegó el lunes, no me llamó, así que supuse que no hubo novedad, por tanto ya sería una de las últimas sesiones, si es que no sería la última, pensaba. Llego al lugar y no me abren la puerta. Raro pensé, las otras sesiones no pasó algo así. Pasan los minutos y nada. Empiezo a llamar a la mamá, y tampoco nada. Aquí me empecé a preocupar. Esperé y como no pasó nada, me fui a esperar a una parte en que viera el balcón del depto y literalmente me puse a montar guardia. Ya había pasado más de media hora y sale la mamá al balcón. Le grito y de esta forma se dio la 'conversación'. Que no va a seguir más la terapia conmigo, que no quiere saber nada de mí, que la niña el fin de semana empeoró, la llevó a urgrncia a una clínica y que la kine del lugar le habría dicho que todo lo que yo le hice estuvo malo, así que por mi culpa la niña empeoró, aunque no quedó hospitalizada, y hará la kine de forma ambulatoria en la clínica.

Me quería morir, me acusaba de negligencia y la evaluación de viernes para nada me decía que podía pasar algo así. Le pregunté exactamente que le dijeron en la clínica. Nunca me lo dijo, sólo que empeoró por mi culpa y que perdió plata conmigo. Le pregunté si acaso salió, me dijo que sí, un día que estuvo nublado con niebla y llovizna. Le pregunté por qué no me llamó, se quedó callada. Lo que más quería saber es qué le había dicho en la clínica, cual era su diagnóstico, pero la mamá no quiso decirme nada. Estuvimos varios minutos así (la 'esperé cerca de 30 min y la conversación habrá tomado unos 15 o algo así). Como no obtenía nada, opté por dar por terminado e irme. La mamá me dijo un 'gracias' despectivo y me fui.

Quedé para la cagá, llegué a la plaza más cercana y quería puro llorar. Si acaso hice mal mi pega, si la evalué mal, que fue lo que hice mal, y lo peor, que dañé a la niña, que pobre de ella y que seguramente se venía la funa y denuncia. Llegué a la casa, estaban mi mamá y una hermana, a las únicas que le he contado esta situación, y pucha no fueron lo más apañadorad conmigo, así que peor me sentía. Pasaron días, semanas, meses y un par de años esperando y nunca hubo ni funa ni denuncia hacia mí.

Bueno, han pasado harto tiempo y esto no lo he contado a nadie más, porque me da mucha vergüenza y porque igual pienso 'y si lo hice tan mal como para perjudicar a la niña'. Ahora con más perspectiva y experiencia pienso que quizás tuvo una recaída, que quizás la mamá hizo poca y nada de caso a mis indicaciones y que ahora si me toca atender una situación así, de frentón le digo a la mamá que así no sigo con las terapias porque ella igual tuvo comportamiento y dio indicios de ser ella negligente. Pero, también esta otra vocecita que me dice, 'y si la negligente fui yo', y exactamente, qué cresta le pasó a la niña'? Esta duda será eterna, supongo.

Después de eso, estuve un tiempo sin atender, aun cuando en la casa teníamos problemas económicos. Estaba aterrada de cometer una negligencia. Después retomé, pero por años me negué a atender niños por esta razón. Nunca conté estos miedos en mi casa, así que para ellos yo no atendía porque era floja no más.

Bueno, habrá pasado unos 5 años cuando me decidí atender a un bebé de meses, también por kine respiratoria. La noche anterior no dormí nada, y ese día, transpiraba entera. Al final, todo salió bien, incluso el bebé se recuperó mucho antes de lo común. Y pucha, ahí me saque el manso peso encima... pero con atender kine respiratoria en niños.

Hoy me tocó atender a la mamá de una ex compañera y colega. Kine motora sí. Cuando ella me planteó que la atendiera, que confiaba en mí (pues en los últimos años me he especializado en un área en específico, y por lo mismo ahora solo atiendo adultos y personas mayores), le dije sí altiro, pues tenía disponibilidad. El único detalle que la señora tiene una lesión extremadamente rarísima. Todo bien, hasta que estoy en viaje hacia allá para atenderla cuando me viene toda la inseguridad, 'y si no sé, y si evalúo mal, si le hago mal'.

Me puse a pensar en cuando hago una primera sesión con una persona nueva, y a pesar de los años y estudios, siempre atiendo en las primeras sesiones asustada. Incluso me acordé que un par de meses atrás, llegué a una casa y se demoraron en abrime la puerta y no respondía mis llamadas. Pensé, 'lo hiciste de nuevo, de esta no te salvas, jodiste a la señora', me puse transpirar entera, pero solo fue que se traspapelaron con la hora, estaban ocupados y no escuchaban ni el tiembre ni los rings. Así que me sigue pesando lo que pasó.

En todos estos años no pasó algo ni remotamente parecido. Las mismas personas o sus familias me dicen que estan conformes, satisfechos e incluso contentos con mi servicio y trato, la mayoría de las personas que atiendo de forma particular llegan por recomendaciones. Entonces, pienso, tan chanta no soy, pero igual sigo con ese pensamiento y miedo. Al final, la señora que atendí hoy salió todo bien.

Llevaba varias horas dandole vuelta al asunto, y ya, quería simplemente contar esta experiencia. Gracias por leerme.



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