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Noche oscura en la veterinaria

Soy veterinaria. Hubo un tiempo que estaba sin pega y me llamaron para una entrevista laboral en el sector sur poniente de Santiago en un barrio medio pelu'o. Al llegar me encuentro con el dueño de la clínica veterinaria en pintas poco decorosas, ropa tirada en el suelo y creo que sus maruchan también botadas. Me pareció una falta de respeto pero dije pega es pega y me puse en actitud formal. Me dijo que su señora lo había echado de la casa y que por eso ahora vivía en la veterinaria.

Cuando me pregunta si tengo experiencia le digo que no, ya que yo trabajaba antes en otra área. Me dice que estaba urgido porque alguien haga el turno porque el tenía un negocio nuevo que le motivaba más que la veterinaria. Entonces lo felicito por su nuevo emprendimiento y me dice que es un negocio de swinger. Yo en mi infinita inocencia no sabía lo que era así que no puse cara de asombro ni nada, pero el me empezó a contar detalles de qué hacía y lo rentable que era. Yo no soy cuatica y estaba focalizada en la pega: necesidad es necesidad. El weon se cambió de ropa delante mío y se fue. Dejó hasta sus calzoncillos ahí tirados. Me pasó el turno y se fue. Solo me dijo que alimentara a aniquilador, un pitbull estresado que tenían afuera.

Salgo tipo 21 a darle agua a aniquilador y la puerta se me cierra de golpe y me quedo afuera. Al principio no me urgi porque supuestamente adentro había un weon, en el segundo piso, de guardia, pero el csm nunca salió a ayudarme. En la noche empezó la fiesta en la calle, ya que había una botilleria justo al lado. Se escuchaban risas, peleas, y ya más tirado para la 2 am hasta balazos. Yo estaba toda a la vista afuera en el patio, vestida liviana congelada por el frío. Intenté sacar la manta del perro pero casi me saca un brazo. En mi desesperación encontré una camilla oxidada que estaba tirada en el patio. La armé y me acosté arriba. Tipo 3 am un weon me grita doctora doctora!!! Yo me levanté feliz esperanzada de que alguien me iba a ayudar, me acerco a la reja y me grita, doctora, muestra el choro!!!. Cuento corto hasta me mee esa noche. Sobreviví pero no sé lo deseo a nadie. Al día siguiente llegó el jefe pasado a poto a abrirme la puerta.

Cuando le conté la situación fue a buscar al cuidador y estaba raja durmiendo y con un frasco vacío de clonazepan. Agarre mis cosas y nunca más volví.



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