Los prejucios!
Hace unos años, antes del estallido social y de la pandemia, almorzábamos con un grupo de compañeras, en total éramos como diez. Entre ellas se encontraba una compañera que es bien buena persona, pero tiene el defecto de que cualquier tontera que piensa la dice sin filtro. Y no con odio, pero de pronto sí desubicada.
Pasó que yo tenía dos amigos que eran pareja, cuya diferencia de edad entre ellos era de unos 15 años. En una ocasión al menor de ellos le dio un cáncer fulminante y duró dos meses. Fue triste y, como correspondía, concurrí a los funerales a acompañar a mi amigo que quedaba, el mayor.
Seis meses más tarde, a mi amigo que quedaba le dio un infarto y también falleció. No podía creerlo, pero lamentablemente partió yo diría que de pura tristeza.
Era invierno y tocó en día de semana. Pedí permiso y cuando fui a almorzar les dije a mis compañeras del almuerzo lo que había pasado y que me iba a apurar en almorzar para ir al velorio. En eso mi compañera, llamada Andrea, interviene:
- ¡ah! Se murieron de sida.
- No, uno falleció de cáncer y al otro le dio un infarto.
- Ya, seguro, pero si es lo más lógico – respondió.
Otra compañera le replicó – ¡Andrea, cuidado!
- Pero si es obvio.
- Andrea, me estás ofendiendo – le dije.
- Pero si son súper promiscuos.
- ¡Andrea, ubícate! – le dijo otra persona.
- Pero si es típico. Yo tengo un vecino en la esquina de mi cuadra que los fines de semana hace las medias orgía, jajaja – insistió.
- Bueno, éste no es el caso – le dije, ya molesto.
No podía creer tanto prejuicio, pero afortunadamente no continuó. Al parecer se dio cuenta de que la estaba embarrando. Minutos después ella me ofreció un pedacito de su almuerzo, ya que había llevado una porción de costillar de cerdo que se veía delicioso.
Cuando salimos al típico cigarrito después del almuerzo, en el cual ella no estaba, hablamos del tema y criticábamos que cómo era, además de prejuiciosa, tan desubicada. Además de que yo tenía pena por mis amigos.
Al final lo tiré para la chacota, diciendo “¡Más encima me habla de las orgías que organiza su vecino y la tontona no me da ni la dirección! Jajajajaja.
En fin, de pronto hay que pensar las cosas que decimos.
