Haciendo justicia
Desde hace más de 10 años trabajo en el área del abuso sexual infantil y no saben la cantidad de niños, niñas y adolescentes que he tenido que atender durante ese tiempo. Pienso en sus vidas, el daño generado por sus agresores y en el dolor de los adultos que están a cargo de su cuidado. En lo que ocurre a nivel familiar cuando todo se sabe y se ponen las respectivas denuncias (bueno, lamentablemente, no siempre se ponen denuncias).
Es un trabajo duro y demasiado difícil, compañar en el dolor a las víctimas y a sus familias. O peor, encontrarte con que sus familias no creen lo que pasó, habiendo pruebas físicas y psicológicas del abuso, y que siguen exponiendo a los niños a sus agresores.
Es triste ver cómo sufren o cómo sus padres o cuidadores también fueron niños que sufrieron (sí, el abuso sexual intrafamiliar por lo general es transgeneracional). Pero saben? Es hermoso cuando ves que puedes ayudar, defender, proteger y dignificar a esos niños y sus familias.
Creo que no hay nada que me haga más feliz, que saber que uno está contribuyendo para 'hacer justicia' ante algo tan horroroso e inconcebible como el abuso sexual. Siento que es un acto de amor profundo hacia la infancia y su vulnerabilidad.
