Continuando con los olores
Hace unos años atrás, cuando trabajaba en un centro de sename, en el área de justicia juvenil ( adolescentes entre 14 y 18 que se encuentran cumpliendo condenas o en espera de ellas), llegó un usuario que expelía un olor a perro muerto, era muy fuerte el olor; pero la mayoría, cuando ingresan al centro, vienen hediondos por el hecho de estar en el calabozo; pero en este caso luego de bañarse, cambiarse de ropa, seguía con ese olor, hasta la silla en qué se sentaba la dejaba impregnada.
Se derivó a la enfermería y ahí se detectó que tenía una infección de transmisión sexual no tratada, quizás desde hace cuanto; no recuerdo cuál era exactamente, creo que cóndilomas, porque tenía la fox en su *. Comenzó con sus tratamientos y menos mal, al tiempo, el olor desapareció.
