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Amor sincero

Hace algunos meses decidí adoptar a una perrita callejera que vivía hace años afuera de mi pega, mientras estaba ahi me preocupé de que nunca le faltara que comer y agüita, me hacía cargo de sus vacunas y del veterinario si era necesario, hasta que me la traje a la casa, yo ya tengo dos perritas más.

Aquí no le faltaba nada, tenía comida, agüita y mucho amor, no tenía dientes mi bella y le licuabamos la comida. Estaba viejita y con el pasar de los meses ya cada vez tenía menos fuerzas, un día perdió el apetito y solo quería estar acostada, no habían fuerzas para moverse, para mí la señal era clara, mi bonita estaba cansada y había llegado la hora de cerrar sus ojitos por la eternidad.

Nos costó tomar la decisión, mi corazón estaba triste, pero en una muestra sincera de mi amor por ella la ayudamos a partir, el veterinario dijo que era el momento, que no había más que hacer. La abrace y le di tantos besitos como pude, todos esos besitos que la vida tantos años le negó, cerró sus ojitos y se durmió junto a mi, quizás sabiendo qe ese era su lugar, abrazadita a mi. Ahora mi palomita vuela libre en el cielo y yo sonrió con su recuerdo.

No saben lo lindo que es para el alma hacer feliz a un callejero.



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