No son nuestros problemas
Pienso que parte de la responsabilidad de traer una vida es saber quién puede asumir la tutela de los hijos en caso de que algo suceda con los padres y tener los ahorros suficientes para no imponerle una carga económica a las personas que pudieran eventualmente quedarse con la tutela en un caso extremo.
Mi frustración viene por parte de mi suegra, quien a una avanzada edad decidió traer dos criaturas a este mundo, sin red de apoyo y con un pastel.
Junto con mi esposo tenemos un buen pasar económico que logramos por nuestros esfuerzos, sin embargo esta señora pretendía que dentro de nuestras responsabilidades estuviera mantener a sus bendiciones, y aunque muchas veces le dijimos que no teníamos porque hacernos responsable de sus hijos; ella siempre lloraba para que les diéramos dinero.
Cabe destacar que ella a pesar de ser profesional, decidió no trabajar o buscar formas de generar ingresos pues prefería vivir de la caridad de sus amigos, del estado y de nosotros.
Y ahora, por un lamentable hecho ella partió de este mundo dejando a dos niños pequeños a la deriva. Mi esposo y yo somos los familiares más cercanos de los niños, no existen tíos, ni abuelos y el papá no tiene los medios para mantenerlos además de tener vicios.
Y aquí estamos los dos, haciendo las maletas para ahorrarnos la burocracia de tener que ser obligados a obtener la custodia de dos niños que no pedimos.
Quizá suene fuerte y egoísta, pero no estamos preparados para ser padres y menos de hijos ajenos, así que dentro de una semana ya partimos de acá; agradecemos tener profesiones de alta demanda que nos permitió conseguir una oferta laboral rápidamente en otro país y lamentamos que esos niños vayan a pasar una niñez dura por la irresponsabilidad de sus padres.