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Historia de una vida

Intro: Me fui de casa a los 18, busqué una vía fácil por problemas de convivencia con mis papás, me costó más que la mierda y las pasé todas, pero el orgullo de no volver a ver o vivir más de lo mismo (ambiente tóxico, alcoholismo, peripecias económicas, intentos de suicidio, cero afecto, etc.) me ayudó a no dar pie atrás.

Quemé todas las etapas mezclando autovalencia con apoyo de algunos familiares, así estudié, trabajé y viví en distintas ciudades, conocí mucha gente, reventé mis primeros sueldos en carretes, hice buenos amigos, conocí a mi esposa, seguimos pololeando en matrimonio por varios años y actualmente tenemos una hija, en resumen, respecto a lo que construí cero drama. Por varios años visité a mis papás y veía que seguían en la misma, falta de prioridades tremenda, no tienen casa pero no falta para los carretes y vicios, culpan de todos sus fracasos a los demás, vivieron toda la vida a costa de mis abuelos y esperan que las cosas les vengan en bandeja, entre otras cosas.

Lo laboral: Don mister (Alias yo) decidió con la esposa ayudarlos, darles todas las facilidades para que cambiaran su vida (pensando ingenuamente en que la influencia del entorno era la responsable de sus males). Les paramos un negocio (rubro decidido por ellos) y compramos una casa donde viven, el trato era simple: 'despeguen y paguen cuando puedan'. He ahí el inicio de los dramas, abrían el negocio cuando querían, cero horario, publicidad, continuidad, para qué decir de algún dejo de conciencia por nuestro esfuerzo mientras nosotros asumíamos económicamente todo (dividendos y local) en resumen la vida del oso.

Paréntesis, desde que ellos comenzaron con el negocio mi padre recibió entre finiquito, seguros, IFEs y weás una suma cercana a 20 palos, quizás mucho más, que los reventaron en meses (ni hablar de alguna retribución a nosotros) a pesar de eso seguíamos ahí apoyándolos y aunque suene increíble además de todas las ayudas, hasta les pagábamos aparte un sueldo por el cuidado de su nieta por media jornada para que nosotros con mi esposa pudiéramos trabajar (tampoco esperábamos que fuera un cuidado gratuito, queríamos separar cosas, simplemente era para ayudarlos aún más).

Fin de la comedia: Inclusive en la labor de cuidado del nieta comenzaron a fallar dejándonos tirados sin previo aviso. Sentidos decidimos buscar otra solución a esa problemática y de paso empezamos a alejarnos por su tóxica manera de vivir y preferimos compartir con ellos hasta el punto que era grato sin dejar nunca de ayudarlos, pero más de lejitos. A esas alturas ya estábamos convencidos que no se podían pedir peras al olmo. Pero los muy frescos se hicieron los ofendidos por nuestra postura, se refirieron a mi esposa como las weas y nos dijeron una pila de falsedades como que maltratábamos a nuestra hija, qué sabían que si yo me moría no verían más a su nieta, en fin weás que un padre no le diría a un hijo o su familia.

La falta de respeto a mi esposa fue lo que más me dolió, pues era ella la que estaba detrás apalancando cada ayuda a ellos para verme feliz de paso, haciendo cosas a escondidas para ayudarlos aún más, posponiendo proyectos, etc. Ahí corté por lo sano, cabe destacar que hubieron conversaciones previas en buena respecto al negocio porque evidentemente no les daba el ancho, mi papá se justificaba y prometía cambios que no quedaban en nada, finalmente ya eran casi 2 años de espera del famoso 'despegue' jajaja (avión ql lento), siempre les había soportado todo tipo de cagadas, pero esta vez me alejé sin más palabras, liquidé el negocio, recuperé mi capital, nos dimos unas vacaciones potenciadas con mi esposa e hija y recuperé una paz mental que desde hace tiempo no tenía. La historia desde otro lado: los dejé sin fuente laboral y de seguro soy el peor ser en la tierra.

Moraleja: No se puede ayudar a quien no se quiere ayudar. Desde niño me sentí padre de mis padres, cuidando a mi hermano menor por sus renuncios e irresponsabilidades, cocinando, aconsejándoles tratarse, siendo el hijo perfecto, intachable en los estudios y comportamiento, enmascarando todos los problemas hacia los demás y sufriendo por dentro pero proyectando la mejor sonrisa. En fin, me puedo ir tranquilo algún día al cajón de haber hecho lo que se podía y más. Mi esposa me dice que no tengo rencor, que con todas las cosas que le conté de mi infancia si ella estuviera en mi lugar ni les hablaría como padres, a pesar de eso los quiere y respeta muchísimo.

Consejos:

1.- No junte familia y negocios, aunque sea por ayudar. Si va ayudar que sea de otra forma.

2.- Si eres cabro y pasas algo similar a lo que pasé desahógate con alguien, busca ayuda, llora. Yo no lo hice en su momento y pienso que fui tonto. Las emociones reprimidas pasan la cuenta con el tiempo.

3.- Rompe paradigmas. Al margen de que la historia no sea nada positiva jajaja, soy un papá y esposo demasiado feliz con lo logrado, lo disfruto día a día y la historia en nuestra casa es muy pero muy distinta a lo vivido en la infancia.

4.- Cuida a tus buenos amigos. Los lazos más fuertes son del alma, no sanguíneos y mi esposa es mi amiga del alma y mi hija fruto de esa relación.

5.- Que esta confesión no influya en tu naturaleza de intentar ayudar, aunque falles, en el peor de los casos aprenderás algo nuevo. Cada vez que puedo ayudar lo hago porque en parte soy lo que soy gracias a quienes lo han hecho conmigo.

PD: Ahorre comentarios como 'es que son tus padres, tienes que quererlos como son' o 'intentaron hacer lo mejor que podían', les doy un mes viviendo con ellos y les pago el psicólogo y el tratamiento de desintoxicación radiactiva jajaja...



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