Hace algún tiempo trabajé en uno de los hoteles más espectaculares de Chile, en realidad, en uno reconocido a nivel mundial.
Vi famosos de todo tipo, nacionales, internacionales, faranduleros, etc. Mucha gente iba y pagaba demasiado dinero por estadias, cenas y actividades, era hasta un poco chocante el despilfarro, no obstante, iba mucha gente gratis, invitados.
El tema es que, había tanta inequidad, los invitados (que eran siempre autoridades, millonarios, personajes de renombre) iban siempre gratis, a dormir, a actividades, a comidas, a eventos, no pagaban ni uno y se iban llenitos, en el otro extremo, los trabajadores, estabamos todos con pésimos sueldos, el lugar para dormir era frío, húmedo, sucio.
Había personas con contratos part time que trabajaba full time, estaba lleno de practicantes (trabajando gratis a cambio de estar en un lugar hermoso), había demasiadas irregularidades en contratos, en salubridad, había muchas fallas tapadas con chicle, el vivir la magia de este lugar de manera interna hacia que terminaras odiando la maravilla, todos los días veía como abusaban de los trabajadores, descuentos, trámites raros, despidos o amenazas de despido solo porque la gente no tenía más a donde ir, era la única fuente laboral en la zona.
En realidad, lo único que saqué de ese lugar es la experiencia con el entorno natural y haber aprendido que el plan A nunca está disponible, se partía generalmente del plan B y del C, en adelante.
En tanto, el dueño, los directores, los gerentes, se llevan todos los aplausos del país y del mundo, NATGEO premiándolos mientras nosotros reclamabamos por las injusticias laborales.
Es un hermoso lugar, con un horrendo interior, con el debido respeto, Victor Petermann puede introducir su Montaña Mágica y todos sus alojamiento donde mejor le quepa.
