Presenciales

Soy el caso opuesto a esa confesión de una persona donde su jefe hace teletrabajo y los demás no.

Desde que comenzó la pandemia, en mi trabajo nos dieron la posibilidad de hacer trabajo remoto, ya que no atendemos público es más simple poder hacerlo desde otro lugar. Mi jefe se opuso y éramos casi los únicos que seguíamos presencial. Cuando llegó el primer peak de la pandemia, la instrucción desde más arriba (director o gerente por llamarlo así) fue que se cerraban las oficinas, es decir, prácticamente obligación hacer teletrabajo pero mi jefe se opuso nuevamente e incluso comenzó a averiguar arriendos de otras oficinas para continuar presencial. Nosotros no entendíamos cual era su afán de tenernos ahí, si desde casa igual se puede sacar la pega, pero finalmente no pudo arrendar las otras oficinas y seguimos con trabajo remoto, aunque cada vez que podía nos citaba a la oficina a trabajar presencial cuando a veces no estaban ni instalados los computadores, entonces perdíamos de trabajar.

Este año regresamos todos presencial y resulta que hace unos meses hubo un brote de contagios en mi oficina y muchos nos fuimos con licencia por contacto estrecho, pero él sabiendo la fecha en que debíamos reincorporarnos llamaba antes para verificar cómo nos sentiamos y persuadirnos para regresar a trabajar antes del fin de la licencia mencionando que estábamos sin síntomas y que se está acumulando mucho trabajo.

La verdad me desespera ese afán de que estemos presencial, incluso en contra de las órdenes de más arriba o intentando que no cumplamos el total de días de cuarentena y regresemos antes a la oficina, arriesgando nuestra salud y la de nuestro entorno, más aún sabiendo que el tiempo que hicimos teletrabajo todo salió bien y continuamos siendo funcionales (aunque trabajábamos más horas desde casa)

A alguien más le ha pasado algo así? A veces pienso que es porque mi jefe es un cabro joven, vive solo, sin hijos, entonces no se interesa por nuestra integridad.