Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

El peso en los hombros

De verdad creo, que en algun momento, me sentí confundida por mi jefe. Él llegó a la empresa en medio de una tempestad laboral, porque todos los meses despedian a mucha gente. Se supone que él era parte del viento fresco para la empresa.

Al principio fue super extraño, porque siempre he sido autónoma en mi trabajo y él era asfixiante. Se supone que yo era seria candidata al despido, por lo que sólo me enfoqué en entregarle los frutos de años de esfuerzo. A mi me había tocado dirigir demaciadas cosas. Y un día, que tocó hacer una reorganización de las tareas del dia me gritó 'entienda que usted no manda'. Y fue la gota que revalsó el vaso.

Desde ese momento a cuanquier problema mi respuesta siempre era la misma: yo ya no tengo facultades para ayudarte: favor velo con mi jefe'.

Desde ese dia todo cambió. Me sentí muy liviana y a él lo veía encorvarse con el peso del trabajo. Lo vi y me daba lata: yo podia reducir 2h de su trabajo a 15min. Pero después del grito, ya no habia vuelta a atrás. Nuestra relación mejoró bastante. Siempre iba todo bien, hasta que me pedia que le hiciera las cosas que antes hacía... yo solo le decia 'lo siento. No tengo esas facultades'. Me buscó de muchas formas.para congraciarse: me invitó a la playa, saliamos a tomar café si yo llegaba son desayuno, y como olvidar las eternas llamadas mientras él viajaba a ver a su mujer (en otra región). Pero no podia: no solo por el hecho de que estabamos casados (cada uno por su lado), sino que ya habia demostrado que se sentía con pleno derecho a gritarme... pero me sentí confundida.

Lo más fome de todo, es que desde ese grito mi evaluacion de personal bajó bastante, ya no era la misma como trabajadora. Y el día que me di cuenta que ya no tenia nada mas que hacer, me despidieron.

Fue el grito del antes y del después.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.