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Toda una vida

Mañana vuelvo a trabajar, ayer se acabo mi licencia y el psiquiatra dice que ya puedo volver pero aún tengo el corazon roto a tal nivel que mi cuerpo duele cuando respiro, luego me doy animo y digo debo seguir. Una colega me llamo para preguntarme como estaba y mas que nada para saber si volvía a trabajar el lunes, le dije que si que ya debía volver y me dijo que bueno, pero no pudo contener el comentario innecesario y me dijo igual es bastante licencia por la muerte de un perro, y ahi le corte y me puse a llorar de nuevo, me volvió esa sensación de soledad, pena y sin sentido que tengo desde tuve que dormir a Tomy.

Tomy es mi hijo, mi hijo perro o quizás nieto ya que era el perro de mi hijo Ignacio. Tomy tenía 18 años y hace 3 meses lo tuvimos que dormir para siempre, le aparecieron tumores en su cuerpo, tenía cancer y estaba muy viejito y por nada del mundo quería que sufriera así que tomamos esa desición, y mi vida se paralizo.

Ignacio tenía 11 años cuando empezo a pedir un perro, sus amigos del colegio tenían mascotas y él era el unico que no tenía, viviamos en un departamento algo pequeño y por espacio le habia dicho que no era buena idea. Un día su padre me llamo por telefono y me comento que habian unos perritos pequeños para adoptar en un refugio, que el ignacio le habia mandado la publicación y que el fue a verlos. Conversamos el tema y el papá de Ignacio se comprometió a comprar la comida del perro y llevarlo a adiestrar, además de comentar todos los beneficios que tiene que un niño tenga un perro, sobre todo si es hijo único y con padres separados. Le dije que sí no muy convencida, fueron el fin de semana a rescatar el perro, llegaron con el Tomy. Un perrito negro con manchas de 3 meses, todo cagado, ediondo, lleno de pulgas el cual mi hijo ignacio amaba, lo llevamos al veterinario, cuando ya pudimos bañarlo lo deje que durmiera con el en su cama y de ahí no se separaron más. Ignacio antes de ir al colegio lo sacaba a pasear para que hiciera sus necesidades, salía a comprar con el Tomy, jugaba Play con el Tomy, salía en bicicleta con el perro y ambos fueron creciendo.

Ignacio tenía 15 años y 8 meses cuando lo atropelló un maldito que no paro en el paso de cebra paro el auto de primera vía para que pasara y el auto de segunda vía se tiro en exceso de velocidad, mi hijo falleció esa mañana en una cirugía de emergencia por hemorragía interna. Después del Hospital fuí con mi hermana a mi departamento a buscar ropa para poder vestir a Ignacio, yo estaba en shock, recuerdo que abrí la puerta y ahí estaba Tomy se acerco a mi sin mover su colita, sabía que algo pasaba, abrace a Tomy y me destruí llorando con él, cuando nos ibamos el Tomy lloraba y rascaba la puerta.

Después del entierro de mi hijo pensé que no tenía nada en la vida, nada porque levantarme nada por lo que existir, todo en ese departamento era Ignacio, la primera noche que me quede ahí sola de nuevo llore toda la noche y no quería salir de mi cama, el Tomy rasco la puerta y se acosto conmigo estuve todo el día abrazada al perro, el salía e iba a rascar la puerta de la pieza de Ignacio, no recuerdo bien cuantos días habian pasado pero el Tomy rascaba la puerta y ladraba, yo no habia comido, no quería recibir visitas ni llamadas, pero tampoco me atrevía a entrar a la pieza de mi hijo, pero el perro no paraba de rascar y ladrar, le abrí la puerta de la pieza y entró no me atreví a entrar pero el salió con su arnes y correa. Lo pensé y decidí sacarlo, le dije ignacio te sacaba todos los días, y yo te he tenido encerrado acá. Mi hijo amaba a Tomy y en el fondo Tomy me ayudo a salir de esa depresión, me hubiera quedado hundiendome en el departamento hasta morir de inanición o esperar no se que punto, pero tenía al Tomy, el mejor amigo de mi hijo, su compañía, su alegría y ahora mi compañia.

Mi madre me llevo al psiquiatra y con mucha terapía logre salir adelante, siempre con el recuerdo de ignacio y acompañada de Tomy, 13 años en que Tomy ha sido mi fiel compañero, ahí en mis días de alegria y pena. El padre de Ignacio seguía preoupado de Tomy, ibamos los 3 al cementerio a ver a Ignacio y fue el quién se hizo cargo de todo cuando Tomy empezo con los tumores, buscamos opinion de otros veterinarios y luego decidimos una terapía pudiera tener calidad de vida en los meses que le quedaban, él hizo que el veternirario viniera a mi dpto, Tomy se fue en su cama, en la pieza que fue de mi ignacio con nosotros dos abrazandolo y pidiendole que descansara en paz, con él se fue lo ultimo material y físico que queda de mi hijo, se fue la única compañía que me dejó, agradezco estos 13 años de amor y compañía.

Mañana vuelvo a trabajar y estoy aqui pensando que sentido tiene, pensando en mi rutina, pensando que antes ponía el despertador en un horario para poder tener tiempo de bajarlo a hacer sus necesidades y luego yo poder ir a trabajar, que haré cuando vuelva y no este para moverme su colita, aunque sea del sillón ultimamente no se paraba del sillón, te amo tomy



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