Le saqué la foto
Hace unos años trabajé en una empresa constructora Española cuyo nombre empezaba (con todo y logito azul, también de renombre en el país porque se llama igual que una ciudad de por allá).
La cosa es que trabajaba como administrativa de obra de 'X' región y al igual que yo, había una tipa que se encaramó de toda jefatura y gerente que le pudiera dar un mejor pasar (a la que de ahora en adelante llamaremos Veri-Veri).
La susodicha agarró confianza con los últimos dos gerentes generales, pero al viejo verde que llegó al final fue con el que mejor le resultó la manipulación.
De ser un piojo resucitado salido de las chacras de Osorno, pasó a traerla a un cargo de alto mando (que sólo resultó útil para lucirlo en el pie de firma, porque desde la Casa Madre nunca le autorizaron a nombrarla jefatura o subgerencia, su anexo siempre dijo 'administrativo de obra').
La Veri-Veri se creyó el cuento y se puso arribista a más no poder. Cuando era administrativa se hacía pasar por la Contadora de la empresa. Cuando se agarró al penúltimo gerente se hacía llamar Jefa de Obra. Cuando se encaramó al último gerente se hizo llamar Subgerente de Finanzas y Desarrollo Corporativo (y la weona a lo mucho cuarto medio con especialidad rendido, ella juraba que 'Rentabilidad' era tener plata en la cuenta corriente).
Se puso altanera y a todo el mundo le trataba de ignorante, de incompetente, que no sabían hacer la pega, que ella les tenía que hacer el trabajo y que estaba choreá de solucionar todo en la empresa, haciéndole la vida miserable a las personas bakancitas que permitían que la constructora siguiera aflote, porque en su estadía en Osorno dejó la cagá con un Hospital que se construyó hace ya varios años y que fue pura pérdida por su mala gestión y trabajo.
A varias personas las aburrió hasta que renunciaron o les despidieron porque según sus palabras 'sólo estaban ahí para perjudicarme'.
El caso es que el viejo verde era casado en España y con dos hijos, pero acá en Chile ella lo presentaba como el marido nuevo y padrastro de su bendición. A todo el mundo le decía que eran el uno para el otro, pero todos lo que trabajamos con ella sabíamos que el viejujo le ponía los cachos como quería, porque a la oficina llegaba con olor a jabón chiquito, después de algunas 'reuniones' que tenía con clientes aparecía con el cuello de la camisa con labial, y allí andaba la secretaria pasándole camisas nuevas, echándole perfume de hombre, etc, para que la Veri-Veri no armara show, como acostumbra hacer a grito pelao, incluso con la bendición chiquita al lado.
Después ella misma se mandaba flores, diciendo que eran de un cabro joven que estaba enamorado de ella, con la intención infructuosa de provocarle celos al gerente y el en respuesta trataba todo el equipo de reinas, nos traía sonrisas, nos contaba chistes y eso le sacaba toda la bruja piruja que llevaba dentro, y con odio pario (tras abuenarse con la pareja) nos dejaba mal apropósito para que nos llamaran la atención nuestros jefes o personas de las obras en regiones.
Con la pandemia, se le fue a las pailas la pega. La echaron a la primera oportunidad porque desde España ya le tenían chata con su altanería y mal trabajo. Fue la excusa perfecta.
No crean que escribo esto sólo por nada, pero como justo ayer salí a comer con el equipo de la nueva empresa donde trabajo (salimos a un restaurante pituco) me topé a Coronado, el gerente de la constructora comiéndose a una morenaza espectacular, que obviamente no era la mal operada de la Veri-Veri, que en vez de operarse la guata, se debió operar el poto para que al menos tenga raja con que creerse el cuento.
Le saqué una foto y no me cacharon, después en la casa me puse a stalkear las redes sociales de la Veri-Veri y supuestamente siguen juntos.
La weona fue super vaca conmigo y con varios compañeros de trabajo y, entonces, ahora me encuentro en la disyuntiva:
Le mando o no le mando la foto?
Qué me dicen sus ángeles buenos y malos?
Porque a mí me pican los dedos, pero todavía no me convenzo.
