Amor duro
Por casualidad de la vida, un verano llegué a trabajar de administrativa contable a la empresa de un gallo 10 años mayor que yo. El primer día me cayó pésimo, lo encontré super cuadrado y pensé que sería el peor verano del mundo trabajando ahí.
Con el pasar de los días se fue poniendo más amable. Él estaba conforme con mi manera de hacer la pega y yo estaba motivada porque estaba aprendiendo sobre temas que no manejaba.
Así empezamos a llevarnos muy bien, él me contaba que llevaba 10 años con su esposa; que tenían 2 hijos, que se habían casado hacía 2 años y que desde entonces todo había cambiado entre ellos y me contaba sus problemas matrimoniales y yo lo aconsejaba para que resolvieran sus temas. En mi interior yo pensaba que sus problemas eran puro chamullo para engrupirme, y aunque había algo de él que me atraía y coquetéabamos, yo no estaba ni ahí con meterme a dañar una relación consolidada con dos hijos de por medio.
Pasó el verano y me tenía que ir para volver a la U. Después que me fui seguimos en contacto, él me llamaba, otras veces yo pasaba a visitarlo a la oficina...
Un día me llamó y me dijo que no sabía qué hacer, que de verdad ya no soportaba a su esposa, que sentía que ya no la amaba, que quería separarse pero que no quería dejar a los niños botados y que le daba miedo tomar la decisión y arrepentirse. Yo lo aconsejé lo más sabiamente que pude en ese momento y al día siguiente el tipo me manda una foto del cese de convivencia. Se había separado, y yo no lo podía creer.
Después de eso le tocó sufrir, se arrepintió, quería a su familia de vuelta, pero la ex no quiso nada de nada y lo dejó sin casa, sin auto y sin la empresa (porque sí, todo estaba a nombre de ella). Cuento corto el gallo quedó a poto pelado, tuvo que partir de cero y ahí estuve yo apoyándolo.
Un año después de su separación empezamos a 'salir'. Pero la wea no funcionó porque el tipo después de haber estado 10 años en pareja ahora quería divertirse, pasarlo bien, salir a las discos, comerse muchas minas y todo eso. Además, le gustaba el sexo rudo. Yo, en cambio, era más tranqui y más tradicional para mis cosas porque no tenía mucha experiencia en el ámbito sexual. Deseando que él llegara a quererme, iniciamos una relación tipo 50 sombras de grey, en la que acepté varias weas que no me gustaban sólo para darle en el gusto, pensando que así me iba a querer y se iba a decidir a estar conmigo como pareja.
Después me aburrí y lo dejamos. Pasaron meses sin hablar. Después retomamos el contacto y otra vez empezamos una 'relación' que otra vez no funcionó porque este wn le tenía un miedo atroz al compromiso y yo me aburrí. De nuevo quedamos ahí, como amigos, buena onda.
Mientras tanto yo conocí a a mi actual pareja, que apenas lo vi me encantó.
Empezamos a frecuentarnos y me enganché. Si se fijan, tuve que fijarme en otra persona para que el otro wn se diera cuenta que en verdad yo le gustaba, y que quería estar conmigo y blabla... Pero era muy tarde ya. Había tenido como mil oportunidades y se las perdió todas; yo merecía algo mejor. Así que lo mandé al carajo y después me fui a vivir con mi actual pareja. Ya llevo casi 3 años con él y muy feliz de mi decisión.
En conclusión, para los 'onvrez' que esperan perder a una mujer para darse cuenta que la querían, no sean giles, atinen! No den por sentado que una va a estar siempre ahí esperando a que se les aclaren sus sentimientos o se les quite su miedo al compromiso, porque no.
Para las chiquillas, mi consejo es que donde no las quieran como se debe, no se demoren. No pierdan el tiempo tratando de que les den su lugar, ni menos haciendo cosas que no les hagan sentir bien para darle en el gusto a otro. Siempre habrá alguien que sepa querer bien. Y, por sobre todo, quiéranse mucho mucho... Besos y abrazos...
