Debería morir piola?
Esta historia la contó el tío de un amigo en una fiesta en su casa, hace años.
Resulta que el hombre trabajaba de recolector de basura, una pega noble pues alguien tiene que hacer el trabajo sucio, y era bien amigo de un colega suyo, prácticamente eran conpadres. Solían apoyarse mutuamente y compartir con las familias de ambos, todos se conocían ahí y se llevaban más que bien.
Hasta que un día que al tío de mi amigo le tocó hacer ronda nocturna en el camión vio a la señora de su compadre saliendo de un motel con otro gallo.
Al otro día lo primero que hace es contarle lo que había visto. El compadre lo queda mirando fijo unos segundos y le pone el medio combo en el hocico. 'Cómo se le ocurre hablar así de mi señora' le respondió.
Y hasta ahí no más llegó la amistad.
