Cebolla y comino
Hice la práctica en una institución pública, en que los practicantes no teníamos espacio para trabajar, por lo que usábamos las oficinas de las personas que andaban en terreno.
Me acuerdo varios días en que me daba mucha hambre al mediodía y me compraba las tontas empanadas, que después me servía en la oficina. Un día llegó la dueña de la oficina y yo justo me estaba comiendo una empanada de pino tipo 10 de la mañana, con la oficina toda pasada a empanada.
Me fui de ahí pidiendo disculpas, pero sabís qué si no hay dónde trabajar y dónde comer, que se banquen el olor nomás, si ni nos pagaban. Por último a ellos si.
