Es de verdad
Mi confesión es súper corta, porque sé que más de algún colega se sentirá identificado.
Trabajo en el area de salud. Mi 24/12, en vez de pasarlo con mi familia, cenando rico, lo pase con mi equipo de trabajo en la UCI, cuidando a las pacientes más críticos que se han contagiado de este mugroso virus.
Mientras ustedes abrían sus regalos, yo vi como mis colegas hacían videollamadas con lágrimas en los ojos a sus hijos, mientras ellos, emocionados, gritaban que ya había pasado el viejito.
Mientras ustedes, o más de alguno se juntó a carretear y a comer y tomar con un montón de gente, arriesgándose al contagio, nosotros estuvimos ahí cuidando que los infectados no se murieran.
Y mientras leo confesiones de gente frívola; que no me regalo nada, que el regalo penca, que gaste 500 lucas en un regalo y a mi me llegó Natura, de verdad me causa pavor el egoísmo y el materialismo que prima en esta sociedad.
Mi regalo de Navidad fue poder, al menos, almorzar con mi familia el 25. Somos 3 personas, pero son mi mundo entero y, sin duda, mi mejor regalo. Obsequios materiales hubo, pero algo modesto y lleno de cariño, cómo debería ser, lo que debería importar.
Después tienen cara para protestar en contra del capitalismo, y en sus palabras reflejan que este los ha convertido en sus títeres. Un chiste.