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Por allá por el año 2003 trabajaba en el hospital público Base de una ciudad al sur del país. Un día iba pasando afuera de una sala y se escuchan gritos de hombre...'mamita... mamita... ven'... quedé helada, eran gritos desgarradores de un hombre mayor.

Con toda la cobardía de una joven inexperta, asomé la punta de la nariz para ver qué pasaba (ojo que mi labor era muy lejana a la atención de pacientes) y vi en una camilla a un abuelito agonizando... se me partió el alma... yo tenía que ir a trabajar a esa sala y no me atrevía a entrar, sólo se caían espontáneamente lágrimas por mis mejillas.

El abuelito seguía gritando 'mamita ven a buscarme... mamita ven..' así largos minutos. De pronto el abuelito empieza a gritar 'mamita no puedo, mi maleta está muy pesada' yo quedé impactada y repetía eso una y otra vez a grito pelado... 'mamita no puedo, mi maleta está muy pesada' su voz retumbaba en todo el ala de ese piso...

En eso, se acerca una enfermera y le toma la mano, le dice 'vamos, yo te ayudo con tu maleta' y ahí quedé para la cagada... el abuelito se fue... por fin pudo descansar. Jamás olvidaré esa experiencia...



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