Las vacaciones eternas
En el 2017 tuve un compañero argentino y que se enamoró de Chile desde el primer momento. Cada vez que hablaba con él me preguntaba datos para salir, y dónde pudiese ir con su familia que pronto lo iría a ver.
Pasó un tiempo y le tocaba las esperadas vacaciones que se pidió en septiembre. Amsterdam fue el destino.
Lo último que hablamos fue “Te esperamos para que vivas las mejores Fiestas Patrias”
La primera semana de septiembre nos enteramos que había atentado contra su vida y que estaba muy grave. La decisión familiar fue desconectarlo ya que la hospitalización allá era demasiado cara.
Uno nunca espera cambiar el computador que dejó la persona por un par de velas en su nombre. Uno nunca espera que un compañero de trabajo no vuelva más.
Hay una parte linda de todo esto: un año después viajé a Argentina por vacaciones y me comuniqué con su madre. Pude ir a su casa, conocer más de él y que su mamá supiese cómo vivió sus últimos meses alejado de ella.
