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Se me nota?

Trabajo años en una entidad de gobierno. Mi puesto está al inicio de la oficina de nuestro piso y la máquina fotocopiadora e impresora está al final del pasillo, donde debo pasar detrás del puesto de varios compañeros. Atendemos público.

Un día vino un señor de unos 55 años, jovial y muy educado. Se atendió conmigo y lo ayudé a realizar su trámite. Le indiqué luego que fuese al fondo a entregar su documentación. Él estaba en eso cuando yo debí ir a la impresora a sacar unas impresiones. El usuario estaba ahí.

Rato después, cuando había entregado los documentos se acercó a mi puesto y me dice que necesita hablar conmigo. Me alarmó un poco, pero le dije qué necesitaba. Me indicó que ante todo me ofrecía mil disculpas, pero que quería hacerme una pregunta muy personal pero con mucho respeto. Le dije que no se hiciera problema.

- Perdóneme, usted es gay?

Por dentro me dije ¡¿Tanto se me nota?! pero le dije que sí, tímidamente. Me dijo, que no tenía problema, que él tiene un hijo gay y que vive con su pareja en otro país, que amaba a los gays, etc. ¿Cuál era el problema?

Me indicó que cuando él estaba esperando entregar la documentación que le hice y fui a la impresora, un colega mío estaba atendiendo usuario y al verme pasar comenzaba con bromas de tipo burlesco y homofóbico. El usuario estaba muy molesto. Me indicó que de mi sexualidad se enteró sólo por eso y que eso no era correcto, que no se debía permitir algo así en ninguna entidad.

Presentó un reclamo por escrito, además de felicitarme por mi forma de atender. Curiosamente, mi compañero homófobo (de ésos que igual iba a la oficina con jeans ajustados de colores) y que me tenía mala en realidad, tiempo más tarde salió de la oficina por la puerta de atrás.

Ser gay no significa que andemos paseando por la oficinas como una princesa ni una Miss Universo, pero al final los más frustrados intentan recalcar de nosotros aquello que, supuestamente, no les agrada de nuestra vida.



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