Qué profunda emocion, recodar el ayer
Cuando trabajé como docente en un instituto del menor, en la sección de Estimulación Temprana experimenté una sensación muy especial.
Cuando por la madrugada lloraba algún bebé muy pequeñito e iba a ver que le pasaba y lo alzaba en mis brazos. El niñito se veía tan inocente y vulnerable en la soledad total de ese lugar y la noche... que me daba cuenta que yo era... la vida para él. Me embargaba una emoción de tanto asombro y grandeza ante esa vida vulnerable.Yo era todo para él, en ese momento, solos los dos. Él llorando absolutamente dependiente de mí, una persona extraña en su vida, en su sangre, en su advenimiento a este mundo.
Es la vivencia de los que trabajan con niños, una responsabilidad total en una soledad total.
Una gran emoción irreproducible.