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Las crónicas de la cesantía

Han visto esa película llamada el día de la marmota? Esa en la que Bill Murray vivía una y otra vez el mismo día.
Bueno así me sentía con mi vida hasta hace poco.
Básicamente al igual que Bill Murray mi día se repetía una y otra vez en un interminable predicamento dantesco.

Cada día era como un pequeño infierno, un infierno llamado; 'clínica estética'.

Aún no entiendo cómo llegue ahí o como me aceptaron ya que claramente no encajaba con los 'estándares mínimos' para estar en aquel lugar, pero la cesantía, la escasez de dinero o oportunidades me llevaron a vender mi alma e ideales, para terminar maquillada como travesti al servicio de mujercitas histéricas que no tenían más problemas que ir cada mes a depilar sus vellos o eliminar grasa existente solo en sus mentes.

Mi jefa era una esteticista que con suerte había cursado cuarto medio y uno que otro curso de uñas, cuando la miraba a los ojos podía notar que había sido humana alguna vez, pero actualmente era solo un cuerpo lleno de estuco y malas intenciones, las cuales no disimulaba y vez que podía me trataba con algo de desprecio y señalaba algún error mío con un tono burlesco.

Cada día debía atender a mujeres que roteaban a todo lo que se moviera, mujeres que llevaban a sus nanas y las dejaban afuera con sus perros esperando a que su sesión terminara.

Cada vez que tenía que estar encerrada con ellas inevitablemente pensaba en que crecí leyendo próceres feministas como Simone de beauvoi o con los ideales de Marx y Engels en los que creia en la igualdad social pero que todo se iba a la mierda cuando estas mujeres en su mayoría profesionales que dejaron colgados sus títulos en su sala de estar comentaban sus problemas e inseguridades:' tengo que hacer una cena para mí marido' 'debo ir regia a la embajada' 'Pedrito va a entrar al nido'.

No exagero si les comento que vi veteranas cercanas a los 80 inyectadas en botox sin poder detener su salivación, tratando de recuperar su figura veinteañera para que sus esposos no las dejarán.
Pero ninguno de estos momentos se igualaban a tener que atender a una paciente que se hacía literalmente todo y que no lograba contener su carácter, un par de veces trato de rotas a unas compañeras llegando incluso a mechonearlas y una vez golpeó a una con un bastón. Era una horrenda mujer, la clásica Cruella de vil, un ente oscuro que se sentía dueña de las condes y del mundo.

La había atendido casi todos los días sin mayores problemas en una rutina que se repetía día tras día, hasta ese martes, un martes 13 que loco, un martes en el qué sin querer o tal vez queriendo un poco la queme con una radiofrecuencia (fue muy leve de hecho casi Nada ) pero esta mujer armó la casa de putas, grito, pataleo, me roteo, me mechoneo y rasguñó.

Lo loco es que a los dos días volvió como si nada con 5 sesiones gratis y tratándome de subnormal, creo que fue allí y ante la nula defensa que me dió mi jefa o la clínica que sin siquiera pensarlo encerré a la clienta en la oficina más lejana del centro le apague la luz y le vocifere desde afuera que rezará porque alguien la abriera la puerta para salir antes de que la láser lipólisis explotará, sali al vestíbulo y le dije a mi jefa que era una perra sin sentimientos, le conté a las pacientes que la grasa no se va ir nunca con esas máquinas que utilizan con tanta fe, que el láser solo las va depilar si se hacen 500 sesiones que a los 70 ya no hay colágeno que puedan tomar para ser jóvenes y que existe más mundo que ser esposas, que hay vida de plaza Italia para abajo.

Abrace a mis compañeras, a dos nanas que cuidaban perros y me fui.

Ahora busco pega pero puta que es hermoso no tener que repetir mis días y dejar que la vida se me pase en esa mierda.

Puse mi play list de encerrar pacientes y revindicacion de lumpen : Ramones, sex pistols , new order y Sandro para caminar a la libertad y la cesantía !

Porfa les pido que cachureen mi página se llama es de fea se que les gustará !!



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