Dulce venganza...

Les cuento que entré a trabajar como administrativo de sucursal en una reconocida marca de aguas purificadas en la ciudad de Temuco, entré a trabajar en diciembre de 2017 con la esperanza de desarrollarme profesionalmente e iniciar un nuevo desafío laboral en una empresa grande y de prestigio, pero esto no fue así. Jamás en mis más de 15 años d trayectoria laboral me había tocado una jefa tan perra, déspota, ególatra, manipuladora y mentirosa como esta mina. No estoy exagerando, cuando llegue, en menos de medio día ya me había hecho una idea de cómo sería trabajar con esta mina. Hablaba mal de los demás trabajadores cuando no estaban, hacía comentarios sobre el físico o vestimenta de los clientes que venían a comprar el producto a la sucursal y lo peor es que los trataba como el forro. Eso me llamó mucho la atención pues los demás trabajadores me decían que eran constantes las peleas entre ella y los clientes y entre ella y el resto del personal, yo piolita escuchaba todo lo que decían los demás y me preguntaba que onda, acaso a esta mina no la supervigilan? no la fiscalizan?

A la semana siguiente viene el jefe zonal a ver como anda la sucursal de temuco y ahí me doy cuenta que el jefecito zonal se come a mi jefecita... he ahí la madre del cordero, por eso le aguantaban todo. El asunto es que pasados los meses esta mina empieza a acosarme laboralmente, se ponia a dar instrucciones y al rato las desconocía, me repetía lo que tenía que hacer como si no supiera, incluso los demás trabajadores decían que nunca habían tenido un administrativo que aprendiera tan rápido el rodaje del negocio, por lo que entendí que el problema no era yo, sino ella que le encantaba tratar mal a los demás, era un acoso constante y sistemático, de todos los días, su voz, su presencia ya me era molesto. Cuando ella salía a terreno era increíble cómo cambiaba el ambiente, todos buena onda, todos nos ayudábamos, nos reíamos, la pasábamos bien, pero cuando llegaba esta loca, todo cambiaba. recuerdo en una ocasión que por la temporada de verano pidieron apoyo administrativo por unos 3 meses, se hizo una especie de casting y empezaron las entrevistas, quedó una niña súper bonita fisicamente y algo pasó con la jefa que le agarró mala el primer día, la trató de lenta y de que era tonta, y a espaldas de ella echaba garabatos en su contra, me los decía a mi como buscando aprobación. seguro era envidia de minas, es recomplicado trabajar con ellas, se envidian las pechugas, el poto, el físico, la ropa, todo. el tema es que la niña duró un día y presentó renuncia porque no se hallaba a gusto con mi jefa. Después de eso me entero que ya habían pasado 14 administrativos antes que yo en un período de 3 años, y que a la mina la tenían amenazada con que si renunciaba otro administrativo ella se iba, y eso que ella llevaba mas de 8 años en la empresa.

Yo piolita esperando mi oportunidad para vengarme, y el momento llegó justo. Un día frente a mis ojos ella empieza a tratar mal a un cliente importante de una constructora que consumía mucho de nuestro producto, uno de nuestros mejores clientes. Finalizada la discusión yo me comuniqué con el representante de la empresa y me dijo que ya había hecho acusaciones antes al jefe zonal pero nada había pasado (claro, el ocultaba todo porque se comía a la loca), entonces yo le di los correos y contactos telefónicos directos de los dueños de la compañía. Al día siguiente la obligaron a pedir disculpas al cliente que había tratado mal, yo entré a su mail y pude ver que el dueño de la compañía la reprendió duramente a mi jefa y cuestionó su permanencia en la empresa. Como no fue suficiente la queja del cliente, me vi en la necesidad de presentar mi renuncia por maltrato laboral y eso fue la gota que rebasó el vaso. al día siguiente de mi renuncia y previa acusación a la inspección del trabajo por acoso laboral y maltrato, a la mina la notifican desde el nivel central que dejaba de trabajar después de mas de 8 años ahí. Como ya estaba amenazada que si se iba otro administrativo la echaban, tuve que ser el chivo expiatorio para sacar a esa lacra de la compañía, en todo caso no me arrepiento porque igual iba a renunciar, pues por mucha necesidad que se tenga uno no tiene porqué aguantar malos tratos de nadie.

Ahora estoy cesante desde marzo, pero con la esperanza de encontrar un nuevo trabajo y emprender un desafío laboral, pero el saborcito dulce de la venganza no me lo quita nadie jejejje.