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La vuelta a Chile

Me titulé de una carrera universitaria del área de las Ciencias Sociales (universidad estatal) en el año 2010, con buenas notas y rendimiento. El problema es que al salir al mundo laboral realmente me decepcioné de los bajos salarios, extensas jornadas laborales y precariedad laboral; además no tenía pitutos porque mis padres estaban muertos. Así con todo en contra decidí que tenía que progresar y la mejor opción era irse de Chile.

Después de un par de años trabajando y viajando por Ámerica del Norte, Europa y Asía decidí que era tiempo de volver a Chile, ya que la cosa la pintaban mejor ahora. “Claro, dije yo, no pagarán quince dólares la hora por hacer cualquier trabajo, pero se puede hacer algo”, menudo error. Al llegar busqué trabajo en mi área, no obstante el mercado estaba saturado y no podía seguir mirando el techo sin hacer nada, así que busque empleo como transportista.

El primer empleo lo tomé como repartidor de productos Carozzi. Ahí conocí lo que era la humillación, la precariedad laboral y al tipo más ordinario, sin respeto y déspota de mi vida: el ZORRILLO. El “jefe” trataba a todos los conductores como ladrones y flojos, además de humillar a quien se le cruzara en su camino. Siempre uno se pregunta como gentuza como ésta puede llegar a comandar equipos laborales siendo que son completos pelmazos. Aunque también viene dado por el sistema de la empresa, que explota a los subordinados y muchos aguantan porque no tienen alternativas laborales. En mi cabeza no puedo menatilzarme que te citen a las tres de la mañana a cargar y finalmente salgas a repartir a los diez de la mañana, ya que tienes que pasar muchos controles en los que te tratan como un verdadero ladrón. Al final terminas tu día laboral después de las cinco de la tarde por el mismo sueldo.

En fin chicos, si tienen ideas de progresar váyanse de Chile, afuera si éres trabajador, honrado y responsable te premian y el salario te alcanza para todo, además a nadie le importa tu apellido, tu origen o tu red de contactos... te valoran por tu trabajo. Ahora hay muchas visas para jóvenes con menos de 35 años que desean empezar una nueva vida. Claro, quizá no haciendo pega de oficina, pero si ganando un sueldo que te permite vivir, ahorrar y viajar.



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