Rosa rosita

Actualmente en el área donde trabajo y específicamente en el espacio donde me desempeño, parece ser más valorado el ser amigo y buena onda que el ser bueno técnicamente. Es innegable que las cualidades humanas como el ser solidario, buena persona, amable, generoso, etc., Son importantes, pero también son muy relevantes las competencias específicas para el cargo que uno tiene. Trabajo en un equipo donde por mucho tiempo cuando alguien renuncia se realizan selecciones por referencias y la mayoría por putito, bajo la excusa de mantener el buen ambiente laboral, no obstante eso ha generado una merma gradual de la calidad técnica, metodológica y hasta ética del trabajo realizado y al hacer esas observaciones en general la respuesta de parte importante del equipo es que uno es cuática, exagerada o problemática.

Nos hemos vuelto un equipo bastante superficial y donde ya no se diferencia mucho entre pega y webeo, lo que es súper triste porque hasta mediados del año pasado éramos un equipo seco en la pega y con un gran equipo y grupo de trabajo, donde también se webeaban y carreteaba. A mí parecer, esto es consecuencia de la formación de las nuevas generaciones, a quienes a pesar de hacer las cosas mal, debes darle algún reconocimiento sino se sienten menospreciados y pasados a llevar. Una generación de débiles y llorones, poco tolerantes a la frustración, a que les den una retroalimentación crítica, poco flexibles, poco analíticos, poco autocríticos, con una capacidad de análisis bajísima y muy, pero muy superficialea. Y ojo que no soy una vieja, tengo 5 años más que el promedio del resto de mis colegas, pero parece que eso ya marca un cambio generacional.

Una lata porque hasta hace poco era el equipo perfecto tanto en lo técnico como.el humano. Millenials de mierda, lo cagan todo.