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En edad fértil

Les contaré una historia que me ocurrió hace un par de años atrás. Algo que nos sirve para reflexionar acerca de la injusticia que viven las mujeres laboralmente solo por el hecho de ser madres.

Era diciembre del año 2014 y una persona se comunicó conmigo por un trabajo, mi hijo en ese entonces tenía 5 meses de edad. Esa persona estaba al tanto y aún así me recomendó para trabajar en una empresa del área de la construcción. Yo feliz, porque con lo difícil que es encontrar trabajo teniendo hijos pequeños me arriesgue a todo y acepté. Empezamos en enero todo bien, me quedaba trabajando hasta tarde para poder hacer lo mejor posible, estaba siendo bien evaluada y siempre mantenía todo en orden y al día. Las personas que trabajaban en el lugar me tenían cariño, etc.

Un día cualquiera la persona que me contactó, con la que trabajaba. Comenzó a tener problemas y presentó licencias por estrés laboral, porque el trabajo si era bastante exigente. Llegó una persona nueva, yo obviamente seguí mi ritmo de trabajo para que tomaran en cuenta mi disposición, pasaron un par de semanas y sin previo aviso esta persona nueva que era mi jefe dijo. Necesito que me firmes esta carta de notificación de despido porque voy a traer a trabajar a un amigo conmigo. Yo le pregunté - hice algo mal? Y me dijo, no, no es nada en contra tuya, pero tengo mis razones así que gracias por todo. Yo en esa fecha no conocía bien las leyes de la maternidad porque era mi primer hijo. Así que, me derrumbe obviamente, dejar a un bebé de 5 meses para poder ir a trabajar, porque era una necesidad mejorar la calidad de vida de nuestra familia era algo importante y la situacion era injusta.

Me fui ese día y me dirigí a la inspección del trabajo a consultar por mi situacion. Entonces fue cuando la señorita me dijo: esto no puede ser, usted debe ir y hablar con su superior y exigirle que la reincorpore porque lo que están haciendo es ilegal y si se niegan podemos proceder con una demanda. Muy nerviosa fui al otro día a hablar con el ingeniero de la obra y le comenté la situacion, sin arrebatos, conversando civilizadamente. Entonces me dijo; pero yo no estaba informado de eso así que ahí cambia la cosa. Entonces fue cuando yo le dije, eso no cambia nada, porque independiente de que haya estado al tanto o no, yo tengo un contrato con ustedes mi trabajo hasta ahora ha sido bien evaluado. Y eso no quita el hecho de que yo sea madre de un niño menor de un año. Me dijo; voy a hacer un par de llamadas y veremos qué hacemos, como para que me fuera luego y no molestara más. Total la notificación de despido ya se había hecho.

Ese mismo día en la tarde me llamaron de vuelta diciendo que me iban a reintegrar, yo feliz le di las gracias y todo. Ahora pienso que estúpida fuí, por agradecerle por un deber que debían cumplir. Ahí comenzó la tortura. La mayoría de mujeres que trabajaban en el lugar me miraban con desdén, cosa que como se me había ocurrido a mí haber hecho algo así, que ahora iban a pedir que las mujeres se hicieran poco menos que un test de embarazo para poder entrar, comentarios como que yo me quedé a la mala y que por tener hijos una es intocable, en fin, puras weas. Me cambiaron de área, donde prácticamente no podía hacer nada, me sentía inútil, juzgada, cada día levantarme para ir a trabajar era una tortura. Ahí sí que conocí víboras de las peores. Seguramente para que yo me aburriera y me quisiera ir. Pero no, soporte y soporte porque mi hijo necesitaba.

No puedo decir que todo fue malo porque conocí mucha gente buena también y aprendí bastante, aprendí a tener carácter y darme a respetar, con el tiempo los comentarios me importaban una mierda y yo les decía a ellas, ustedes creen que luchar por los derechos de cada una está mal?? Porque todos merecemos ser tratados dignamente. No por tener hijos voy a tener que soportar que menoscaben mi trabajo. Hasta que se acabó el fuero aguante la situacion, justo en ese momento me llamaron a 'reemplazar' a la persona que me había reemplazado porque había tomado licencia. Estuve cerca de un mes o un poco más, donde solo volvía a escuchar elogios y buenos comentarios de mi trabajo y justo antes de Navidad de ese mismo año Zas, me despidieron. Claro, me dejaron en un puesto que no necesitaban, solo para que fuera más fácil desvincularme después. Me costó mucho tiempo cerrar esa etapa, mucho tiempo llore por la injusticia y por el ambiente machista que me rodeaba, porque me quisieron hacer sentir como si yo era quien estaba mal y debía irme a pesar que siempre hice lo mejor.

Comparto esta historia porque considero que no es posible que vivamos en un país donde a las mujeres nos dé miedo tener hijos, donde las personas nos juzguen por querer trabajar y surgir, donde nos de terror decirle a nuestros empleadores que tenemos un bebé o estamos embarazadas. Dónde nuestras capacidades sean opacadas por estar en edad fértil, por tener un embarazo de alto riesgo o porque los hijos se enfermen y necesitemos cuidarlos en casa.



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