Llegué hace un par de meses al norte, después de una separación. Fué una relación de casi 4 años, tuvimos un bebé, pero por 'x' motivo, no funcionó.
Al segundo día de llegada, ya tenía trabajo estable.
Me sentía contenta, segura e independiente, pero comencé a salir con diferentes hombres, para distraerme ocasionalmente.
El tema es que me cambié de pega, y comencé a trabajar en un lugar, en donde conocí a una mina. Inicialmente, me propuse seducirla, sólo para ampliar mi espectro de conquistas. Pero al paso de los días, comencé a obsesionarme, porque ella no me daba la pasada (ella es lesbiana, yo heterocuriosa), hasta que la invité a salir, con fines de poseerla. Comenzamos a conversar, y mientras ella hablaba, comencé a entender que no era una cosa sino que un ser con sentimientos, a quien debía respetar... asi que decliné, y ella no entendía por qué la estaba dejando.
Ese momento, marcó el inicio de nuestra relación.
Ya llevamos como 2 meses saliendo, y jamás me había sentido tán comprendida, querida, respetada. Siento una confianza única, el desear proteger a alguien, cuidarla, respetarla... y lo bello de esto, es que es recíproco. Una relación entre mujeres, está llena de comprensión, de afecto... el tema difícil, es el entorno. Chile no está preparado para ver a dos mujeres tomadas de la mano, con un bebé saludable en todo aspecto. Me siento observada, juzgada, constantemente. Y saben? Soy excelente mamá, trabajadora, y empática. Tengo muchas metas por cumplir, ya he cumplido unas... no sucumbiré porque un par de lacras a las cuales no les debo nada, nos estén juzgando constantemente.
Vivan, y dejen vivir. Si no aportan lucas, o buenos momentos, pueden meterse sus comentarioa por donde mejor les quepan. Saludos