Granitos de arena
Tengo 28 años y soy trabajadora social, hace 4 años salí de la universidad y tuve la suerte de encontrar trabajo relativamente rápido, desde siempre supe que mi área era la infancia.
En la actualidad llevo dos años desempeñándome en una (OPD) oficina de protección de derechos para niños, niñas y jóvenes, les contare que como OPD trabajamos a nivel comunal y en mi oficina soy yo y solo yo la encargada de todoooos los casos judiciales de mi comuna (mi comuna es del sector sur) en pocas palabras somos el filtro para que un niño entre o no a una residencia SENAME, según ellos no hay más lucas para contratar a más profesionales, así que tengo que dar abasto para toda la comuna, por suerte somos un equipo de trabajo que nos apoyamos en todo y olvídense de que nos capaciten para el rol que tenemos, o que nos regalen aunque sea 1 luca para un autocuidado yo a punta de estudios me he tratado de instruir, para tomar la mejor decisión en cuanto al futuro de un niño... y ¿pueden creer que de mi depende que un niño se quede con su familia, entre a un centro SENAME o se quede con algún otro pariente? Y sí depende de mí y no del juez, porque les mencionare que en el informe que realizo le sugiero yo al tribunal donde el niño estará más protegido y ellos con suerte los leen, me ha tocado ir a audiencias donde toman mi informe y se van de inmediato a las sugerencias y ordenan que se realice exactamente lo que yo sugerí.
Del tiempo que llevo trabajando mi última opción es una residencia SENAME, busco parientes lejanos, vecinas, familias de acogida, etc. de verdad agoto todas las posibilidades, antes de pensar en una residencia, ¿el problema?... me agoto, me reviento trabajando, me encariño ¿y cómo no? Si son niños, de esos niños que lo único que buscan es amor, niños que te piden a gritos ayuda, con mis colegas somos de las que trabajamos sin horario, sabemos la hora que entramos pero no la hora en que se sale y no porque seamos trabajólicas, es porque de nosotras depende que la realidad de un niño cambie, un día que deje la pega para el día siguiente es un días más de calvario alomejor para ese niño.
En mi caso yo sé que mi pega es pura vocación, porque la mayoría de los que trabajamos en esta área somos trabajadores a honorarios, con un sueldo entre las 700 y 800 lucas, sin ningún tipo de beneficio extra, ni capacitaciones, pero bueno la vocación la tengo, hay días en que despierto cansada y siento que mi pega es como sentarme en la playa y querer contar los granos de arena, pero lo que me sobra es fe y estoy segura que el día de mañana veré a más personas sentada junto a mí, con las mismas ganas de querer contar granos de arena.