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Amigos con beneficios

Trabajé durante un par de años en una empresa a la cual llegué como practicante. En el mismo instante en el que conocí a quien sería mi jefe, supe que él no seria una persona más en mi vida. Cuando terminó la entrevista para optar a la práctica (durante el transcurso de ésta estaba sumamente nerviosa), imaginé que no lo volvería a ver porque sentí que no pude esforzarme más por dar una buena impresión, lo que no fue tan terrible, porque lo primero que sentí con este hombre no fue de interés romántico, más bien algo de curiosidad, cercanía y cariño; de verdad sentí que lo conocía de antes, mucho antes. Quería tenerlo cerca de mí, pero como eran 'sensaciones ridículas y sin motivos lógicos', las ignoré.

Luego de tres semanas desde el momento de la entrevista, me llamaron para solicitarme que me presentara X día en la empresa. Fue así como lo volví a ver. Durante la práctica pasé mucho tiempo con él, ya que trabajábamos juntos y en reiteradas ocasiones teníamos que realizar viajes largos, por lo que conversábamos mucho de temas que sólo nos interesaban a nosotros. Fue así como nos fuimos conociendo y haciéndonos amigos. Por mi parte, la sensación que me dio al principio fue cada vez más fuerte y luego se sumó el instinto animal. En ese momento yo no tenía experiencias sexuales, ya que jamás había deseado a alguien, sin embargo con él todo cambió: sentía la necesidad de besarlo, de tocarlo, de hacerle sentir un placer único, de que él y sólo él me tocara, me besara. Nunca me insinué, porque lo que sentía por él era sólo mío, y esta fantasía sólo vivía en mí, además, él estaba casado. Era la persona más feliz del planeta cuando lo veía llegar a la oficina, o cuando lo escuchaba conversar y reír en los pasillos. Él era una persona un tanto mayor que yo, pero tenía un espíritu infantil que me provocaba ternura y alegría.

A veces, cuando hablábamos por whatsapp, era inevitable subir el nivel de la conversación, bromeando con insinuaciones picantes. Lo veía como eso, como una broma, porque jamás se me pasó por la cabeza que una persona como él tuviese un interés (sexual) en mí, a pesar de que soy atractiva según los estándares de nuestra -superficial- sociedad (alta, grandes pechos, buen trasero y delgada). Todo esto cambió cuando por dos semanas nos enviaron a una compañera y a mi fuera de la región a realizar unos trabajos. Nos comunicábamos mucho por el celular hasta que una noche me pidió una foto desnuda. Sentí miedo, placer, felicidad... dudé mucho, me sentí mal porque no correspondía que un hombre casado me pidiera eso, pero la confianza ya estaba y yo estaba loca por él, él fue el primero que me provocó excitación mental y sexual, lo deseaba y con eso supe que él también a mi. Fue el primer paso para convertirme en su 'patas negras'.

Luego de tres meses de finalizada mi práctica, me contrataron en otra área de la empresa, no nos veíamos tan seguido pero cuando lo hacíamos, nuestros cuerpos ardían. Yo lo amaba. El jamás me dijo que me quería como algo más, simplemente eramos dos amigos que se atraían sexualmente, y yo acepté sus condiciones. Me empecé a deprimir cuando me sentí utilizada, la verdad es que buscaba una escusa para decepcionarme de él y de nuestra -extraña- relación: nos queríamos (él como amigo, yo como algo más) y teníamos sexo. Esa era nuestra historia. Quería decepcionarme porque quería alejarme de él, esta relación no nos estaba haciendo bien (yo no quería que él fuera una mierda de persona por estar paralelamente conmigo, y por otro lado, no quería entregarle mi cuerpo y sentimientos a una persona que no podía recibir el paquete completo).

Varias veces intenté alejarme de él, pero caí en todos los intentos. Quise conocer gente nueva, pero nadie me agitaba mis neuronas y hormonas con la intensidad que él lo hacía. Pasaron dos años en los que me deprimía, me enojaba conmigo misma y me autocompadecía por amarlo. Postulé a otros trabajos porque no era sano para mi estar en ese ambiente, era una tortura verlo, pero todo cambiaba cuando me besaba y me tocaba, hasta que se alejaba otra vez de mi... empezaba nuevamente la tortura de no poder tenerlo conmigo, no poder compartir metas, sueños, momentos, proyectos, en fin, compartir la vida con él.

Finalmente conseguí trabajo en otro lugar, lejos de él, pero aún siento que no lo puedo superar, sobre todo porque somos 'amigos' nunca le dije que lo quería más de lo que debiese, y creo que nunca lo haré porque lo importante es que quiero estar para él cuando necesite una persona en quien confiar. Aún espero conocer a esa persona que me ayude a superarlo y que me demuestre que sí puedo ser follada y amada a la vez.



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