El llamado de naturaleza
No la lea si está comiendo o es escrupuloso, jajaja!. Un par de años atrás cumplía varias labores en un reconocido instituto de idiomas a nivel nacional, entre esas recepción. Una tarde estaba sentadita tranquila y faltaban como 15 minutos para que llegara un fulano que iba a clases personalizadas.
Yo era la única a esa hora junto con la profesora. Cuento corto que en esos momentos me empieza a venir una urgencia de tipo intestinal, uuuuuufff de esas emergencias urgentes, fulminantes. Emergencia en que escuchas fuerte y claro los retorcijones y el consiguiente aprete de esfínter tratando de aguantar lo inaguantable. De esas que con la aguantada te empezai a poner colorado, jaja. Imposible aguantarme ni por más esfuerzo que hacía y tuve que ir al baño no más... fue de esas sentadas con tuti, ustedes me entienden (para qué voy a entrar en mayores detalles).
Traté de hacerla lo más breve posible dentro de lo que mi cuerpo y normas de higiene me permitieron. La cosa es que justo en ese rato llegó el alumno y la recepción estaba vacía. Después llegó mi jefa y la profe y el alumno, par de sapos cu ele, le dijeron que no había nadie en la recepción, o sea yo no estaba. Chuta, tuve que escuchar y tragarme el sermón no más, decir que fui al baño, réplica inmediata que cómo se me ocurría ir al baño justo a esa hora en que sabía que llegaba esa persona.
¿Qué me iba a poner a dar detalles que me habían dado ganas de c... con cuática? De esas en que tienes que bajarte con una escalera jajaja...