El poder realmente corrompe a las personas
Soy profesional -Administrador público- y llevo ya varios años trabajando en un organismo del estado. Acá he visto pasar de todo: Personas con mucha vocación de servicio, personas muy experimentadas, personas que ingresan de un día a otro, con sueldos millonarios, de las cuales nos enteramos posteriormente sus vínculos familiares con miembros del gobierno de turno, etc etc...Hay de todo en realidad.
Trabajo en una unidad cuyo responsable ya está por sobre los 65 años. Es una persona muy buena, muy humana, pero como jefe deja bastante que desear. No sabe liderar, no sabe motivar, no tiene ganas de innovar, solamente quiere pasar el tiempo que le quede de la forma más tranquila posible, sin mayores sobresaltos. Eso me tiene bastante frustrado, ya que como joven profesional que soy, necesito mayor motivación para realizar mi trabajo. Hay semanas completas en las que no tengo nada de trabajo y si llega a pedirme algo a mi jefe, lo más probable es que sea algo como: Puedes darle formato de impresión a esta hoja excel? (No estoy exagerando, esto me pasa y bien seguido). Sin embargo, este jefe me adora y me encuentra un pilar fundamental para el funcionamiento de la unidad, a pesar del escaso trabajo que tengo.
Por otro lado, está la jefa del departamento en la que se encuentra mi unidad. Una persona egocéntrica a más no poder, que le encanta hablar de su vida, de sus experiencias pasadas. Una persona a la cual reiteradas veces se le ha visto tratando de forma humillante a funcionarios (Me incluyo). Yo me siento ignorado por ella, ya que como no le doy la atención que le dan todos mis compañeros y sabe que conmigo no la tendrá, me pesca lo justo y necesario. Esta persona no cuestiona mi trabajo, así que siento que el tema de que me ignore radica en que no le alimento su ego, creo yo.
Y, por otra parte, está una persona que mueve los hilos del departamento. Me imagino que todos ustedes tienen a alguien así, que los jefes depositan toda su confianza en ella pero uno sabe que esa confianza se la ha ganado a punta de rumores, cahuines, de hablar mal de los compañeros, etc. En esta persona se encuentran las pegas más importantes del departamento. Ella tiene todos los productos visibles y lo que sale hacia afuera (Somos un servicio que salimos constantemente en los medios). Lamentablemente, el trabajo que realizo yo acá es el menos visible, a pesar de todos mis esfuerzos por darle nuevos aires a nuestros productos.
El motivo de esta confesión no es otra más que la siguiente: Uno puede tener toda la vocación del mundo, puede estar lleno de ideas, pero siempre van a existir obstáculos para poder sacar adelante lo que uno hace y poder ser feliz en el trabajo. En la Administración Pública uno puede ver como el poder realmente corrompe a las personas, las vuelve egocéntricas, las vuelve capaces de echarse encima a todos los compañeros con tal de tener un poco de importancia. También, podemos ver que con los años, los funcionarios se van quedando en la tranquilidad que les brinda tener un puesto de planta (vitalicio, si es que quieren llamarle) asegurado. Entonces es muy fácil caer en la mediocridad.
Yo aún busco un motivo para reencantarme en este lugar de trabajo y poder sentirme útil. Yo no vengo a llenar mi ego, yo de verdad quiero hacer algo por la gente....Pero creo que será inútil hacerlo desde acá.
Está claro que la solución es irme pero...quién me asegura que donde me vaya no pasará igual?
PD: Perdón lo largo, necesitaba desahogarme jajaja