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Una confesión laboral de verdad

Hace un tiempo atrás, podríamos decir unos cuantos meses, (fue antes de vacaciones de invierno)... de la sala de profesores se extravió el monedero de una profesora... en él tenía bastante dinero para ser chauchera (se usa para las 'chauchas') en su momento acusó tener a lo menos 50 mil pesos en billetes más las monedas sueltas... lo buscamos, dimos vuelta todo y nada. Conclusión, alguien se lo robó, entró y no nos dimos cuenta.

Ya po, pasó el tiempo, y ahora no dejábamos ni las cucharas encima porque se las podían robar e inevitablemente todos pensábamos que alguien de ahí mismo lo había tomado.

La cosa es que un día mi polola me llama y me pide un pendrive que no encontraba hace días...

yo estaba ahí con otros colegas y abro mi mochila para buscarlo y la verdad es que es como la bolsa del gato cósmico, lleno pero lleno de todo lo que puedas necesitar (weas en realidad que meto ahí y me da paja sacar entre hilos, parches de bici, alicate, papeles, cuentas etc) y empiezo a buscar el pendrive y adivinen qué??? estaba el monedero maricón adentro de mi mochila!!!!!!!! lo tomé y miré a mis colegas y la dueña de la chauchera saltó de una a donde estaba y lo tomó y lo abrió y estaba toda la plata!!!! (yo temí por unas milésimas de segundo que el ladrón lo hubiese dejado vacío para esconderlo en mis cosas)

Llegamos a la conclusión que ese día mi mochila en algún minuto quedó abierta al lado de la mesa y con el despelote de papeles que había, el monedero cayó ahí, nadie cachó, luego la tomé y cuando volví ya lo estaban buscando... y como soy un weon que nunca ordena la famosa mochila...

Ahí anduvo... incluso los días que andaba cagado de plata... jajajajajaja....



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