Mano larga

En mi trabajo me hice un grupo de amigos con los que salía los findes a lugares bonitos como la playa o montaña. Nos hicimos bien cercanos los 4, pero todo cambió cuando a mi amigo de viajes le comenzó a gustar una amiga de viajes. Ella tiene pareja y mi amigo lo sabía y por lo mismo nunca insistió, es más, me mostró los mensajes donde dejaba en claro que sólo quería amistad con ella, aunque unos días antes se le había declarado, bueno más bien le dijo que le gustaba.

Todo marchaba perfecto hasta que esta amiga, a quien llamaremos María comenzó a hacer notar su lado oscuro. Yo fui una vez a su casa porque ella me invitó. Resulta que en uno de estos paseos compramos harto copete y nos quedaron 3 Gin y ella se los llevó con su pareja para su casa justificándose en que los tomaríamos en año nuevo, pero me invitaron a mí y a la otra amiga y ninguna pudo ir. Le avisé a María con 1 día de anticipación que no podría y aún así se enojó y me hizo la ley del hielo en la pega como por 3 días hasta que después comenzó sólo a saludarme de nuevo. Comenzó a no querer dirigirle la palabra a nuestro amigo y un sin fin de cosas 'pequeñas'. Resulta que después me enteré que andaba hablando de mí diciendo que yo probablemente era Asperger y que ojalá nadie me invitara a su casa, me sentí como la kk porque le había contado que mi pololo tiene Asperger y me imaginé automáticamente que lo miraba como bicho raro.

A mi trabajo llegó un nuevo jefe y María se hizo íntima con él, no quiero decirlo pero este tipo no es de los trigos muy limpios, más bien es todo lo contrario. Desde que llegó nunca lo pude pasar, ni hasta el día de hoy.

María comenzó a hablar cosas y a decir que el amigo de nosotras la acosa y jamás ha sido así y doy fe de eso, también le dijo muchas cosas a varios chicos que se fueron tirándole kk a nuestro amigo por ser el hermano de uno de los dueños.

Después me enteré que María robaba en el local, una amiga que se fue me contó que la pilló infraganti llevándose cosas de aseo y que sus actitudes no eran las mejores con clientes, que siempre se reía de cómo iban vestidos o como hablaban.

La verdad me siento pésimo por todo, por su actitud y porque no le puedo decir nada hasta que la persona que me contó se vaya. Ella como es de costumbre manipula situaciones y a las personas, pero lo que me molesta de sobre manera es su sinismo. El coraje que me da que llegue a abrazarme después que comenzó a hablar de mi a mis espaldas y que más encima jamás haya devuelto ni siquiera un gin, que eran 3 y todos valían más de 15 Lucas.

Bueno, que más se puede esperar de alguien a quien le gusta robarse las bolsas de basura y los confores de la pega.