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Historias inventadas

Ya que salen bastantes confesiones de acoso y abuso de profesores a estudiantes, quisiera entregar esta confesión en calidad de testigo, donde fueron niñas las descaradas que urdieron un malvado plan para hacer que despidiera a un profe que les caía mal.

Era el año 1995 y yo cursaba el 5to en un colegio. Había un grupo de al menos 5 niñas que fluctuaban entre los 11 y 13 años, aunque el promedio de edad eran los 10 para el resto de los otros chicos.

Este grupo de chicas se caracterizaba por algo bien particular: cada vez que les iba mal en las pruebas de matemáticas e inglés, se subían las faldas, se sentaban en las esquinas de las mesas de los profesores o con el cuerpo pegado al de los viejos con la intención bien clara: provocar exitación.

Ellos, califas e indecentes les subían las décimas faltantes para evitar esas pruebas quedarán en rojo o al menos con una que promediara el 5.0

Esta práctica la veíamos entre todos desde el año anterior, pero como la mayoría seguíamos siendo ingenuos e ignorantes en materias sexuales nunca le dimos la importancia debida, hasta que llegamos al 5to y comenzamos a recibir clases de educación sexual. Fue allí donde se nos prendió el foco y cachamos lo que hacían las weoncitas.
Por motivos que nadie supo, pero que todos sospechamos, nos cambiaron a los profes de matemáticas e inglés a mitad de año, trayendo a dos cabros recién salidos de la universidad y haciendo sus primeros trabajos formales de docencia.

Cabe mencionar que la mayoría de los docentes del colegio eran mujeres y con suerte teníamos tres profes hombres. Al de música nadie se acercaba porque era insufrible de tanta soberbia, aunque bakancito en su área.

Obviamente a estos profes nuevos, las 5 niñas les intentaron hacer la misma chanchada, pero ambos las retaban a viva voz, les exigían bajarse de las mesas, mantener distancia y dedenrrollarse las faldas a la altura que exigía el colegio.

El profe de mate era un tipo muy guapo y simpático, además de ser también muy buen docente. El mejor profe de matemática que he tenido en la vida y que varios campañeros de ese entonces lo reconocimos como tal, pero estas cabras se obsesionaron con él, a tal punto de acosarle incluso a la salida del colegio para decir que estaba muy guapo y que querían arreglar sus notas de la manera que fuera.

El profe de mate les chantaba el rojo sin asco alguno, lo mismo el de inglés, y como las 5 eran medio porras (algunas más que las otras) también estaban repitiendo en otras asignaturas, porque la técnica de seducción sólo les servía con los profes hombres.

Cuando cacharon que estaban repitiendo y que tanto en inglés como en matemáticas no les daban facilidades para subir el promedio o al menos recuperar el ramo, a las weonas no se les ocurrió nada mejor que acusar a los profes de que les acosaba, que las tocaban en las nalgas, que les pedían besos o que les tocaban las pechugas.
5 alumnas con las mismas confesiones a sus padres y directores del colegio. Con 5 no podía ser coincidencia, algo les debían estar haciendo. Y como pueden sospechar, quedó la caga'a.

Cuando nos hicieron entrevistas individuales y en grupo, todos tuvimos la decencia de decir la verdad, de contar lo que estas weonas habían hecho y que todo se trataba de mentiras.

Las familias de estas cabras estaban indignadas, porque cómo era posible si sus niñitas eran chicas buenas, con buenos valores y demases, que jamás harían algo así. Los responsables eran ese par de profesores que habían abusado sexualmente de sus bebés.

A las 5 les dejaron condicional. A dos de ellas las cambiaron de colegio por la vergüenza y las tres restantes los papás pagaron plata que no repitieran el año.

Los y las profes restantes agarraban pa'l webeo a las 3 que se quedaron cuando las volvieron a ver en 6to, con cosas como 'y usted qué hace aquí?', 'Está segura que pasó de curso? Voy a revisar los libros y comprobar que se mantuvieran las notas porque usted estaba repitiendo el año'.

A los otros dos profes (falsamente acusados) por cuestiones éticas no quisieron renovarles el contrato ni ellos pretendían quedarse en el colegio si esas niñas seguían allí, así que prefirieron hacer carrera en otro colegio. A ellos se le sumaron otras dos profesoras también, por la postura del colegio, del rector y directores que permitieron algo así.

Con el tiempo, la historia sólo quedó como un rumor de pasillo, pero la verdad es que nunca se olvidó que Arieta, Yoya, Cindy, Malloa y Perla inventaron toda esa historia para perjudicar a profesores, que con todo el profesionalismo que pudieron, supieron hacer lo correcto y comportarse como adultos responsables.
Porque recuerden, no es excusa que a ustedes se les ofrezcan los menores en bandeja, sino que depende de uno, como adulto responsable, saber decir que no, marcar la distancia y saber rechazar las insinuaciones, porque además de ser conductas asquerosas de parte de quienes las aceptan, también están cometiendo delitos de estupro y pedofilia.

Espero que con el paso de los años, esos dos profesores pudieran seguir enseñando, porque eran bastante buenos y sería un desperdicio para la docencia haber perdido excelentes profesionales por la desilusión tras esas desagradables experiencias.



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