Me animo a escribir esto para crear 'conciencia' y que los padres en general estén atentos a la gente cercana de sus hijos.

Mi familia era evangélica, y yo tenia entre 7 y 8 años aproximadamente cuando paso todo; fuimos por muchos años a esa iglesia y conocíamos al pastor, sus hijos, su señora, los 'hermanos' en la fe y todo eso.
Él pastor iba muy seguido a nuestra casa con su señora e hijos, por lo tanto teníamos una especie de relación cercana porque yo en mi inocencia, le mostraba mis peluches, jugaba con sus hijos y un largo etc. Pero como todo no puede ser 'perfecto' por decirlo de alguna manera. Llego el día, él sabia que mis padres no estaban en casa, y llego, con mi hermano nos pusimos contentos porque confiábamos en él, en la iglesia, la gente. Le dije a mi hermano que fuera a preparar un jugo para darle un vaso, él se perdió en la cocina y sin yo poder hacer nada, él me sentó en sus piernas y con una de sus manos apretó mi vulva dos veces. Yo intente levantarme para que no siguiera pero, no me lo permitió, estaba muy asustada porque mis padres siempre me habían enseñado que eso no estaba bien. Él me dejo levantarme cuando escucho que mi hermano venia con el jugo y yo no sabía que hacer.
Me quede callada, él se fue y pensé en todo momento que tenía que decirle a mis padres cuando llegaran pero no lo hice sino, hasta la noche cuando los dos estaban acostados. Aun recuerdo sus rostros de sorpresa, de rabia, pena y todas esas emociones juntas. En ese momento no hicimos nada y después de hablar me fui a dormir, pasaron unos días y no sé como en la iglesia se enteraron, hicieron como un 'pseudo juicio' donde me hicieron jurar que lo que yo había dicho era cierto, mi mamá lloraba, eso me desesperaba, mi padre estaba furioso y creo que quería golpearlos a todos pero la situación no lo permitió.

Finalmente nos fuimos pero como mi papá tenia a muchos conocidos esto llego a la iglesia central, hubo otra reunión en esa iglesia y me dijeron que tenía que perdonarlo, pero de inmediato dije que no, a él le dijeron que quedaría con tarjeta amarilla por la situación. Nos fuimos y no volvimos a la iglesia hasta tiempo después donde los 'hermanos' de la iglesia donde había ocurrido el hecho nos perseguían para decirle a la gente que eramos malas personas. Mis padres no denunciaron el hecho porque es muy difícil de probar el Chile las tocaciones indebidas.

Hoy tengo 28 años y luego de muchos años donde lo pase muy mal puedo decir que lo he perdonado, más no así olvido que hay personas malas y que lo que me paso no debería ocurrirle a nadie más porque, si bien no fue violación me marco y de por vida.

Lamento haberme extendido tanto pero espero que esto sirva para los demás.