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Mucho relajo

Ahora que mi comuna entra de nuevo en cuarentena y que se está empezando a hablar de las nuevas cepas de Covid, me gustaría contar una experiencia laboral que tengo fresquita.

Voy a contarlo tal cual sucedió y no lo adornaré para complacer a los que se ofenden de todo.

Vivo en el sector oriente, no soy multimillonaria, mas bien soy una jefa de hogar de clase media que trabaja para vivir y sacar adelante a sus hijos. Antes de la pandemia me dedicaba a un rubro que no se considera esencial, por lo que quedé colgada hace como un año y comencé a trabajar como free lance en mi segunda especialidad que tiene que ver con marketing.

Me han estado saliendo pegas aproximadamente cada dos o tres semanas pero a pesar de tener reducido el presupuesto a gastos estrictamente obligatorios (colegio, universidad, alimentacion, tratamiento de enfermedades crónicas etc) aún las cuentas estaban en números negativos asi que decidí enrolarme en una aplicación de repartos. Mi primer día como práctica me tocaba en el supermercado de un mall de Las Condes asi que fui para allá y llegué 45 minutos antes para presentarme con mi supervisor y tener tiempo de registrarme, cambiarme la ropa, y todo lo normal de este tipo de trabajo.

Ahi comenzó mi pesadilla.

La zona de ingreso de personal era un completo caos. Nadie me tomó la temperatura, no habia alcohol, no me pidieron que me registrara, la guardia con las justas me miró cuando ingresé. (Otros supermercados y retail hacen firmar una declaración sobre covid y te toman los datos al entrar y al salir, y obvio te toman la temperatura y te dan alcohol para desinfectarte las manos.) Tuve que bajar a sala por una escalera que parecía el andén del metro en hora peak. Gente apretujada, gente sin mascarilla, gente riendose a carcajadas o estornudando encima de los que iban pasando.. en fin un asco. Luego me hicieron cruzar toda la sala hasta llegar a la zona donde trabajan los repartidores. Adentro era un pandemonium. Nuevamente pasé sin que nadie me preguntara nada, cero control, y me dirigí al ambiente donde se suponía me iban a recibir.

Cabe destacar que las areas de trabajo estaban bien distribuidos, las mesas para empaque, las cajas, todo tenía buena distancia y espacio para trabajar.. era la gente la que no lo respetaba. Aqui seguro muchos me trataran de racista o xenofóbica pero igual voy a decirlo porque es la verdad: al menos el 95% de los que estaban trabajando ahi dentro eran de esos turistas que entraron por el norte y se hicieron intimos amigos de los aymara. CERO distancia social, todos aglomerados, muchos con la mascarilla mal puesta (mostrando la nariz) o incluso en el cuello. Pasaban por el lado de uno sin pedir permiso, te respiraban en la nuca... En la zona de cajas parece que no saben como hacer una fila... eran grupos de gente aglomerada... se abrazaban, se besaban... yo a punto de llorar de terror porque era DEMASIADA gente y los letreros de 'mantenga la distancia' que había por todas partes, estaban de mera decoración. Cuando llegué donde la supervisora fue la peor parte. Todas las miss Caribe estaban en un grupo super pegado agachadas en el escritorio de la supervisora, se acercaba mas gente, una niña vino y abrazo a la supervisora por detras y le empezo a dar besos en la mascarilla...

De verdad queria puro salir corriendo pero no veía la salida. Al final vi que mi única opción era atravesar las cajas que estaban LLENAS de gente apretujada asi que aguanté la respiración (se que no sirve de mucho pero fue como un acto reflejo) y pasé lo mas rápido que pude. Lo que mas nervios me dió es que toda esa gente manipulaba los productos que alguien muy confiado pide desde su casa pensando que en el supermercado se toman todas las medidas de prevención... y me quedó claro que no es asi. En serio si hubieran visto lo que yo vi empezarían a pasarle alcohol hasta a las lechugas.

Para los conspiranoicos y terraplanistas que piensan que el covid es un invento del gobieron para encerrarnos en nuestras casas: un amigo de mi hermano murió hace muy poco de la cepa brasileña en el extranjero. El virus se lo llevó en cosa de 2 días. Tenía 26 años y era un cabro completamente sano. Demás decir que no pienso regresar y que me queda clarísimo que si los contagios se disparan es porque la gente es pelotuda e irresponsable.



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