Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

Alguien ganó

Las feministas lograron triunfar en su cometido de someter a los hombres, y esto por la vía de las relaciones amorosas. Como las mujeres sienten necesidad de estar en pareja principalmente por necesidad emocional, y los hombres por la sexual, con toda la propaganda feminista de 'no necesitas un hombre para sentirte plena' pues la demanda por hombres de su parte ha disminuido, y la de los hombres se mantiene constante (o incluso ha aumentado por la hipererotización de la sociedad) lo que genera un terrible desequilibrio en el mercado sexual, de relaciones de pareja o como se le quiera llamar.

Esto lleva a que si bien parece que hombres y mujeres en cantidad somos similares, a la hora de llegar al 'mercado de relaciones' pareciera ser muy distinto: una hiper-sorbreabundancia de hombres junto con una hiper-sobreescasez de mujeres. Como ejemplo, en mi experiencia de hombre para que una mujer me de match en Tinder, debo darle like entre 150 a 200 perfiles, y de ahí a salir, quizá sobre 3.000 (de ahí a tener una relación más estable, hasta decenas de miles). Obviamente 'el mundo real' no es tan extremo como Tinder, pero esa punta del iceberg sirve para mostrar varios síntomas: por ejemplo me llaman la atención los perfiles de minas en que a propósito dicen cosas pesadas como 'estoy loca e histérica, si eres 'cualquier wea' no me des like, quiero llevarte a la cama para drogarte y luego cortarte en pedacitos con mi cuchilla, soy antipática y odiosa, quien me apaña pa pagarme la U y el depto, etc' y es porque saben que aunque digan todas esas weás y pongan sus peores fotos, igual van a haber tantos weones dándoles like, y aún después que ellas los traten como el orto los tipos van a seguir de perritos falderos ¿y si se chorean y se van? mientras uno se va, 10 llegan: así se matan de la risa presumiendo cómo tienen a tantos tipos comiendo de su mano.
Si vamos a unos 60 o 70 años atrás, antes de la revolución sexual la cosa era muy distinta: era cierto el dicho 'cada oveja con su pareja' de relación 1:1. Si bien a los hombres les costaba un largo y minucioso trabajo de meses conquistar a una mujer, por lo general si hacían las cosas bien lograban su cometido a la primera, y si no a lo más al segundo intento, y además esas relaciones duraban por lo que no se necesitaba volver a ese trabajo de conquista, que podría equipararse al esfuerzo actual por llegar a quedar en una carrera. Incluso en tiempos de guerra los hombres nos volvíamos 'escasos', de lo que nació el estereotipo gringo de la profesora solterona de los años 50 del siglo XX. Hoy por el contrario, cada vez es más común encontrar hombres sobre los 30 años que nunca han pololeado -como yo- (incluso sobre los 40) y que probablemente nunca lleguen a pololear con una mujer.

Pero con la revolución sexual, pasó algo que se ha comprobado científicamente y es la vuelta al mayor primitivismo posible: unos pocos hombres (los llamados 'chad' a semejanza de los simios machos alfa) están concentrando el grueso de las mujeres, mientras que un grupo cada mayor de hombres se está quedando...sin ninguna. Y lo que sucede en sociedades donde muchos hombres no tienen con quien 'descargarse' (como las musulmanes) es que estos enfocan esa 'energía vital' en la violencia: según un profesor esto explicaría el terrorismo islámico, y que el principal 'botín' de ISIS sean precisamente las mujeres.

En resumen las mujeres ya no necesitan a los hombres, pero los hombres sí siguen necesitando a las mujeres. Y en ese afán de satisfacer su necesidad sea sexual, amorosa o conjunta, buscan complacerlas aunque la probabilidad esperada sea una milésima, y de ahí tenemos tantos simp, aliades y consumidores de onlyfans que utilizan su hasta entonces poder patriarcal en promover una agenda que va contra ellos para obtener un favor que nunca obtendrán. Es tan la hiper-sobreabundancia de hombres que ya no sólo tenemos un valor de cambio cada vez menor ante las mujeres, si no que

 Cuando muchos hombres comenzamos a despertar y darnos cuenta de esto, queda ir por 3 caminos:

1) Seguir siendo perros falderos de las mujeres, con humillaciones constantes a cambio de nada (bueno, no de nada, sí de funas y de más maltratos psicológicos), cavando nuestra propia tumba y soldando nuestra propia jaula

2) Volverse gay, algo que es cada vez más común entre hombres que, ante la imposibilidad práctica de conquistar a una mujer, muchas de las cuales ya ni siquiera ofrecen la friendzone, sucumben ante la gayósfera que les ofrece sexo y compañía muy fácil, poder usar a las parejas como trampolines económico-laborales (como hacen muchas mujeres), dejar de perder dinero en citas sin éxito, etc. Antes la mayoría de los gays eran tipos super encachados porque al gustarles los hombres les gustaba verse como quién les gusta, ahora -los mismos gays de siempre lo saben- hay cada vez más 'gays feos, guatones, etc' que vienen precisamente de la decepción de las mujeres y el hastío de la frustración de no poder conquistarlas.

3) Sacrificarse por el propio género y ejercer una resistencia activa a entrar en ese juego.

Si muchos, la mayoría de los hombres dejamos de mostrar interés por las mujeres -no me refiero a que busquen hombres, si no a no necesitarlas como ellas ya no nos necesitan a nosotros- haciendo una suerte de 'huelga general' pues ellas van a volver a valorarnos, o al menos dejaremos de ser utilizados, saqueados, manipulados y humillados por ellas. La clave está en un autocontrol que disminuya o elimine la líbido -principal motivador de nuestra búsqueda de compañera- o en la búsqueda de un fármaco o dispositivo que disminuya o elimine esa líbido -no la castración química, si no algo que elimine el deseo sexual-, así seremos más libres y paradójicamente cumpliremos el sueño de las feministas de no molestarlas más.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.