La muerte tiene alas
Mi primera pega como TENS fue en una urgencia de un hospital de la capital. En ese lugar aprendí de todo... Más que nada aprendí a entender que el cuerpo en ocasiones pide morir mientras que tu mente se aferra con terror a la vida. En otras ocasiones es al revés. La muerte se hace esperar de forma tan abrumadora que da a pensar que pagas tu karma con cada exhalación de dolor.
La cuestión que llamó mi atención fue al segundo o tercer turno. Cuando lo vi, enegrecido, enorme con esas alas que hacen resonar todo. Lo vi volar con asco y repudio. Voló a una velocidad lenta, dió vueltas; el enorme mosco se posó a los pies de un paciente. Hice ademán para matarlo pero un colega de años de experiencia me detuvo.
- No lo interrumpas. Déjalo. Lo viene a buscar. Sin entender bien a qué se refería me dijo.
- En un par de horas lo entenderás.
Antes del termino de turno ese paciente falleció. El colega se me acercó y me dijo.
- Es la muerte. Y nunca falla.
Así fue como la conocí. Ahora, lo veía con respeto.
En un turno llegó más apurado, se posó en tres. Ese día fue agotador, fallecieron los tres con un par de horas de diferencia.
La muerte no siempre se ve igual, una vez llegó vestido de cura. Esa, si les interesa, es para otra parte.