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Hay que vivirlo para saberlo

Me había quedado sin trabajo, busque, busqué y nada que se adaptará al horario del jardín de mi hijo de 3 años yo, mamá soltera, se me hacía muy complicado cubrir con sus necesidades. Así que un día me levanté compré el diario y llamé a uno de esos avisos donde piden damas de compañía, me citaron ese mismo día en una casa en pleno centro, trabajaban dos chicas, ambas peruanas muy lindas y simpáticas. La mujer me entrevistó y le gusté, en ese tiempo cobraban 25 x hora, yo me quedaba con 15 y 10 eran para la dueña de la casa, ella nos proveía de condones y una pieza para dar el servicio... Yo no era la mas linda ni la mas flaca, pero era diferente a las otras chicas y 'nueva' eso llamaba la atención de los tipos.

Llegué a un trato con la dueña de la casa y solo trabajaba en 'horario' de oficina, ya que nadie en mi entorno, ni menos mi familia podía saber en lo que estaba trabajando, además podía ir a dejar y buscar a mi pequeño al jardín. El primer día fue el más difícil, una mezcla entre asco y rechazo, los olores de los clientes, señores muy viejos entre otras cosas. Al momento de irme a casa a las 5 de la tarde me sentía asquerosa y tenía muchos pensamientos en mi cabeza, pero también me había ganado 60 mil, fui al supermercado compre leche, cereales, comida, algo rico para tomar once y el disfraz que le pidieron en el jardín a mi pequeño, eran sentimientos revueltos, ese día supe que de 'trabajo fácil' no tenía nada. Duré tres días, el tercer día solo podía llorar entre clientes, eso no era para mí, mi dolor de panza cada vez que tocaban esa puerta pensando en que iba a entrar algún conocido, pensando en que algún tipo se iba a pasar de listo y yo no iba a saber como reaccionar o contagiarme alguna enfermedad!! No se si por suerte, destino o que se yo, al día siguiente de decidir que no quería trabajar más ahí, me llaman de un trabajo donde había postulado para entrevista al día siguiente y quedé, estaba feliz... Gracias a ese trabajo entré a estudiar en la universidad y ahora soy profesional.

Desde que estuve sumergida en ese mundo les tengo un tremendo respeto a las trabajadoras sexuales, aparte de bellas, son secas, muy humanas y empáticas, El amor por los suyos es tan grande que soportan a tanto csm agrandados, hediondos, pervertidos, machistas, etc. Todos mis respetos para ustedes.

Esto no se lo he contado a nadie, Ustedes son los primeros.



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