Todos merecen la oportunidad

Como a muchos, se me hizo difícil encontrar alguien que cuidara a mi viejita. Nadie quiere cuidar viejitos y los que lo hacen cobran una millonada o los tratan mal. Yo y mi familia pasamos todos los malos ratos posibles, tuvimos una cuidadora que se robaba la mercadería, una que trataba mal a mi mamá y le gritaba, una que llegaba a la hora que quería, otra que iba a puro fumar y hablar por teléfono, incluso una que se robaba los medicamentos de mi mamá para revenderlos. Hasta que llegó la cotty a nuestras vidas, de primera fue medio chocante verla ahi con la barba negra marcada, cicatrices en las manos y ropa media chillona.

En la entrevista nos contó que tenía muchas ganas de trabajar y que por 'su condición' en todos lados le cerraban las puertas, como necesitabamos ayuda urgente le dimos la oportunidad. Al principio mi mamá que es bien a la antigua no quería que la cuidara un hombre porque le daba pudor que la llevaran al baño y esas cosas, los familiares nos criticaron como si hubiesemos metido un degenerado a la casa.

La cotty, que en realidad se llama Christian, nos tapó la boca a todos. Resultó ser muy responsable, amoroso, dedicado y sobre todo profesional. Mi viejita está feliz con ella (él) porque la acompaña, la cuida, la saca a pasear y hasta le pinta las uñas.

En esta misma página he leído hartas confesiones de gente que necesita ayuda para cuidar a sus viejitos, mi consejo es que no sean prejuicios y vean más allá. Para cuidar abuelos se necesita un tipo especial de vocación y de cariño que muy poca gente tiene, dele la oportunidad a gente como la Cotty.